lunes, 13 de mayo de 2024

Un yo para cada ocasión

¿Cuáles y cuántas máscaras usaremos hoy?
Foto: BAER

Irapuato, Gto.- El sonido y las luces inundaban los recintos en los que, en los ochenta, los nuevos universitarios solíamos ir a bailar, los espacios deportivos se llenaban de imberbes que queríamos emular las hazañas de Hugo Sánchez, Michael Jordan, Reggie Jackson o cualquier otro atleta que estuviera de moda o, en menor medida, ser notorio en un salón de clases para ganar la atención de una persona especial o del grupo, esto tiene un hilo conductor: una máscara en el sentido de manipular el propio comportamiento con el fin de sobrevivir a los diferentes ambientes en los que nos desenvolvíamos, situación que trascendió a los ambientes laborales, familiares y religiosos, todos manejables puesto que dependen de las ligas que podemos establecer con los demás.

Lo dijo Octavio Paz en el «Laberinto de la soledad», en el capítulo de «Máscaras mexicanas», salimos a la calle portando la protección en la que confiamos para ocultar lo que somos y nuestras pretensiones lo que no implica que sea la única; llevamos repuestos en nuestras mochilas los cuales nos permiten comportarnos de diferente manera sin culpa alguna, lo cual no logramos del todo porque todo el tiempo nos manejamos a la defensiva para no ser descubiertos en lo que sea que pensemos que debamos ocultar. Aclaremos que no se trata de un acto de hipocresía nada más, entre lo que llamamos buenas maneras y etiqueta que aprendemos con el tiempo, configuramos varios códigos que rigen nuestros comportamientos según el lugar donde estemos.

La fantasía adolescente de que somos siempre los mismos en todo lugar se viene abajo por un detalle, nuestra educación en la vergüenza; nos aterra hacer el ridículo, por lo que todo el tiempo nos tomamos un periodo para evaluar el ambiente en el que pretendemos insertarnos, está también el hecho de que caso nacemos cargando con culpas que no sabemos de dónde salieron, hasta que ya es tarde para quitárnoslas de encima. Así, soportamos pecados originales, pérdidas que nos hacen además víctimas, complejos que nos impiden avanzar, en fin, historias que al contarnos, suponemos que nos eximen de la responsabilidad de tomar el control de nuestras vidas, por lo cual usamos las máscaras que vamos fabricando cual si estuviéramos actuando en una puesta de Eurípides.

Para algunos vivir semeja más a una obra de Aristófanes pues la ludicidad y el hedonismo son más llamativos que ir por este mundo sufriendo sin más motivo que ser el que más sufre dentro de la escala «Gutierritos» del dolor interno. Por supuesto que los estándares no nos obligan, son simples guías para que decidamos cuáles y en qué magnitud mostramos nuestros comportamientos; lo triste o divertido que pueda ser nuestra estancia en este mundo depende de lo que intentemos producir para los demás y para nuestro beneficio, puesto que cada resultado nos provocará la satisfacción o la frustración proporcional a la seguridad que veamos en los rostros que tengamos al frente, eso incluye el deseo de continuar haciéndolo, poniendo nuestra mejor máscara. Salud.

Beto

lunes, 6 de mayo de 2024

Ventajas de la desigualdad

Con las diferencias nos relacionamos
y nos comparamos. Foto: BAER

Irapuato, Gto.- La naturaleza nos provee a los seres vivos de mecanismos de defensa para asegurar nuestra estancia en este mundo, así también para realizar las tareas propias de cada uno y hasta las armas de seducción con las cuales perpetuar nuestra carga genética; somos únicos e irrepetibles según la antropología, la sociología y la psicología, la política por su parte, nos trata por iguales (como borregos, no es cierto), al menos en teoría así es. Los individuos damos forma a las sociedades desde el momento en que aportamos nuestras características personales para además, adaptarnos a la colectividad en una simbiosis que nos permitirá moldearnos hasta encontrar la mejor versión que hayamos proyectado, más que nada, en lo individual aunque parezca contradictorio.

Si nos sabemos diferentes, si eso nos conforma, nuestro trabajo será mantener nuestra imagen personal para estar seguros de ser identificados en cualquier lugar donde estemos por algún periodo largo, por ejemplo, una congregación, la escuela o el trabajo, en contraste podemos (y a veces deseamos) pasar inadvertidos en un semáforo, un elevador, en la fila de un restaurante y en cualquier sitio en el que pasaremos una fracción de tiempo, lo interesante es observar cómo es que decimos a los demás que no deseamos ser abordados; la negativa a la comunicación dice más de cómo somos que todos los discursos que podamos emitir para tratar de convencernos de ello, una vez más lo no verbal es más importante y más específico que lo verbal.

Aceptar que fuera del derecho todos somos diferentes también es un síntoma de soledad, frente a la cual, las reacciones definen la individualidad de tal modo que las expresiones resultantes de cada evento apuntan al infinito; cada reacción nos aleja de otros individuos pero nos acerca a algunos que quizá no teníamos contemplados. Nuestro universo es tan basto como tengamos la mente abierta, es decir, es más virtual que físico, si acaso creyeran que miento, traten de recordar las veces que han convivido con todos sus conocidos y comparenlo con las que sólo lo pensaron o hablaron de ello, tal vez se den cuenta de que las cercanías se mantienen más por lo que pensamos que por los contactos que tenemos con todos ellos, aunque vivamos bajo el mismo techo.

El título del presente escrito habla de ventajas y hasta ahora, no parece haber alguna que sea evidente pero, seguramente intuyen alguna que incluya el identificarnos plenamente, el ser distinguidos de entre una multitud, el sabernos complementarios o la satisfacción de saber que nadie más hace las cosas como nosotros; por otro lado, lo que aceptamos como gustos y aficiones, junto con todo lo anterior, moldearán nuestro carácter que también va a acomodarse según las relaciones que vamos forjando. Hasta un mecanismo de defensa como la imitación se realiza de diferentes maneras puesto que según sean nuestras relaciones, serán las referencias que tomemos pues éstas se identificarán con las necesidades del entorno en el que vivamos. Salud.

Beto

lunes, 29 de abril de 2024

Lo bueno de las diferencias

La adaptación a una práctica nos lleva
a moldear nuestro cuerpo. Foto: BAER

Irapuato, Gto.- Podría terminar la oración que da origen al título diciendo «es que nos permiten distinguirnos» y antes de que se me vayan a la yugular porque resulta contradictorio con lo que realmente afirmo, déjenme aclararlo; en la búsqueda de la definición propia, hay que poner el acento en lo que sabemos hacer y en lo que más somos buenos, eso puede ser el estudio, un trabajo, un juego o un deporte lo que, pareciera mentira, hasta transforman nuestros físicos. En las prácticas físicas es obvio pues debemos observar que los cuerpos de un nadador y un basquetbolista no son iguales, lo mismo pasa con un laboratorista y un ingeniero y con todas las actividades que puedan ocurrírseles. Lo cierto es que los cuerpos de los escritores se definen por el género que desarrollan (ja).

La tipología que yo se basaría en el análisis de la vestimenta, los cortes de cabello, los instrumentos de escritura y los accesorios, más que los físicos aunque quizá sean éstos también los que definan si usan camisas o playeras, zapatos de vestir o deportivos pues aún funciona el viejo adagio «de la moda, lo que te acomoda»; si bien hay coincidencias, no podríamos decir que existen los uniformes puesto que como las tendencias cambian con las épocas, los cortes cambian así como el sentido de la utilidad, así veremos a algunos historiadores usando ropa cómoda, con el cabello algo desaliñado como Taibo II o Zunzunegui, por el hecho de que deben trasladarse continuamente para investigar en los archivos dedicados a su trabajo.

En un nivel macro creemos que hay rasgos que nos identifican como nación pero que nos diferencian de los otros países, lo que no tomamos en cuenta es que la mayor parte de los rasgos que nos enorgullecen son heredados, por ejemplo las piñatas, inventadas en el lejano oriente posiblemente llegaron en la Nao China, que usamos principalmente en las posadas, ellos no lo sé y ya que mencioné las fiestas decembrinas, ¿se han fijado que la vestimenta de los pastores se parece mucho a la que usan los sanfermines en la pamplonada? Quizá se deba a que alguno de los frailes franciscanos que instituyeron las posadas en México (Nueva España en realidad) viajó a China siendo originario de Navarra y decidió que esos elementos debían estar en el festejo.

En la actualidad, desde hace algunas décadas, lo que nos ha diferenciado como generaciones ya no ha sido el seguimiento de una idea (por ejemplo, hippies en contra de la guerra de Vietnam), sino el uso de la tecnología; en los cincuenta era por la transformación del espacio habitacional, enceres domésticos, televisores, refrigeradores más modernos; en los sesenta, la creación de la necesidad del transporte individual en masa; a partir de los setenta, el acopio de consumibles para transformarlo en los ochenta, en el consumo desechable. Desde los noventa, la cosificación de todo lo humano nos ha traído una serie de cambios en el comportamiento social en donde tanto la escala de valores como nuestra esencia, han perdido importancia. Pero ya nos dimos cuenta. Salud.

Beto

lunes, 22 de abril de 2024

No es la carga, son los filos

Voy volando, no desesperen. Foto: BAER

Irapuato, Gto.- Cuando empezamos a tener conciencia de nuestra propia existencia (en mi caso fue la semana pasada), nos damos cuenta de que hay cosas que, por definición y sentido común están mal, al menos si tenemos clara la diferencia entre compartir y abusar; los ejemplos de cada uno abundan en la vida cotidiana y, como buen pueblo bizarro, somos capaces de abusar compartiendo o de compartir el abuso, cualquiera que se dé primero. Todos entendemos seguramente a lo que intento hacer referencia pues, como dice la sabiduría popular el «camino al infierno está adoquinado con buenas intenciones», así entonces, el juicio con el que valoramos nuestras acciones a veces se nubla por lo contradictorio de la vida misma en este país, un sistema que promulga la libertad estando presos y siendo los custodios los delincuentes.

Otra sentencia popular nos indica que «para bailar tango hacen falta dos», lo que nos da a entender que lo que nos pasa como individuos o como sociedad tiene la intervención directa o indirecta de todos y cada uno de nosotros; obviamente cada uno por nuestra cuenta, no vamos a solucionar los problemas del mundo, sin embargo, tampoco estamos conscientes ni dispuestos a asociarnos para mejorar las cosas, al menos no hasta que suceda una tragedia, pero estamos mal acostumbrados a reaccionar a las emergencias nada más, ya sea por un extraño y retorcido sentido de la solidaridad eventual o por mantener nuestra imagen telenovelera y melodramática de ser las históricas víctimas de la fatalidad originada por el abuso de los invasores.

Por lo que sea, sólo nos unimos en la tragedia sin tomar en cuenta que eso es lo que vivimos a diario, la solidaridad fue sólo un slogan de campaña en el sexenio de Salinas, curiosamente también basado en las dádivas a los sectores más pobres pero manteniéndolos dependientes de los programas gubernamentales, es decir, se cambian los colores pero las mañas son las mismas; si analizamos los formatos en los que nos movemos a diario, todo está diseñado para mantenernos angustiados con una serie de trámites interminables que nada aportan al desarrollo económico, al aprendizaje o a la tranquilidad de una población que se a resignado a conformarse con leves lapsos de solaz, para los que logran mantener la cordura y de embrutecimiento para los que no.

Como integrante de las nuevas huestes del ejército de pensionados, me queda el temor de que cualquiera que sea el ejecutivo, vaya a salirnos con que no hay dinero para pagarnos y aquí entra mi inefable sospechosismo, ¿el retardar las vacunas habrá sido la parte de un plan macabro para disminuir la carga que significa, financieramente hablando, ese sistema de pensiones? Tendría sentido si pensamos que las nuevas enfermedades combinadas con la epidemia de obesidad en la que estamos inmersos, pueden provocar una serie importante de decesos que le quitarían lo oneroso al país, lo cual tampoco es bueno porque eso daría oportunidad a algunos representantes gubernamentales a quedarse con ese dinero; mal pensado que es uno. Salud.

Beto

lunes, 15 de abril de 2024

Si fueran de izquierda

Tanto se busca un estilo que se cae
en la indefinición. Foto: BAER

Irapuato, Gto.- Todo está en no confundir los flancos con los cambios de perspectiva, tampoco en suponer que por nombrar calificativos ya sabemos cuál es la esencia de las personas con las que trataremos. Calcular es difícil cuando calificamos de derecha o izquierda a cualquiera sin antes saber qué ha hecho que lo defina de tal manera; leer a Adam Smith no te hace un genio en las finanzas capitalista, leer a Carlos Marx no te hace un teórico de la lucha de clases socialista. Para cada uno se necesita la práctica para poder hablar sobre ello, la cual como supondrán, no es de un solo día sino de años en los que la experiencia debe ser significativa; eso es importante ya que militar en uno u otro lado no garantiza ni el entendimiento ni el mantenimiento de los ideales que supone tener.

El origen de los vocablos es tan simple como colocarlos a los lados opuestos de las nacientes cámaras en el congreso francés de la post revolución, la parte compleja es tratar de entender sus interpretaciones generales de los sistemas económicos que, desde cualquier perspectiva llámese Smithsianismo, o Marxismo, no son ni buenos ni malos sino que su supuesta aplicación o intentos de justificación realmente no han servido para dignificar el trabajo de la mayoría ni se aprecian en su exacta dimensión. Las valoraciones las hemos basado en el tipo de discursos que definen las labores, por ejemplo, si son de origen operario o es escolarizado, si la responsabilidad física, económica o política es mayor en uno que en otros o si la diferencia la establecen la edad, el género o la condición social.

Al parecer, las versiones sobre el socialismo y el comunismo que se tenían desde hace más de cuarenta años no han cambiado en absoluto, los que se dicen en contra (no necesariamente capitalistas), siguen pensando que son sistemas del demonio que no creen en diosito, te quitan tus casas, te visten igual que a todos y se roban a los niños; por su parte, los que se dicen socialistas, siguen pensando que la leyenda de Robin Hood es el camino por el que se debe llegar a un sistema más igualitario. Seguramente nadie les ha explicado a ambos bandos que sus visiones juntas son el caldo de cultivo ideal para la imposición de dictaduras ejercidas por una oligarquía utilizando a un líder carismático fácilmente manejable.

Este esquema está presente en nuestros días, un líder carismático intenta pasar la estafeta a una calca suya, al menos es lo que intentan hacernos creer, pero parece evidente que si mantienen el arrastre, sólo es porque están sumando lo que queda del desgaste del primero y lo poco que la segunda ha redituado bajo la sombra de aquel, dos personajes patéticos atrapados en los pseudo esquemas rojos de los setenta, pensando en controlar a la población con limosnas sacadas del erario, arengando a los «desposeídos» a reclamar lo que es suyo, aunque no les especifican qué es eso, proyectando obras cuyo origen y fin es el mismo punto; si en realidad fueran socialistas, procurarían las condiciones para que todos tuviéramos la facilidad de crear riqueza. Salud.

Beto

lunes, 8 de abril de 2024

Gasto inútil disfrazado

Con una buena escenografía, podemos esconder
nuestros verdaderos intereses. Foto: BAER

Irapuato, Gto.- En alguna ocasión anterior ya había tratado sobre lo inexactas que resultan algunas afirmaciones en los mundos de la publicidad y la propaganda y es en la segundo donde los «genios» de la difusión de mensajes cometen el mayor número de pifias; en los últimos meses hemos tenido que soportar una cantidad infinita de anuncios «que no son para nosotros» pero que utilizan el espacio y el dinero públicos para hacer saber «únicamente» a los miembros y simpatizantes de los partidos políticos, que son la mejor opción para gobernar al país, en lo que abiertamente ha sido una mustia campaña política igual que las anteriores y que han criticado hasta la saciedad, los miembros de los que en tiempos de la llamada decena trágica se autodenominaron la clase política del país, que no es otra cosa que un latifundio.

Día con día somos testigos de que las cosas no mejoran, por el contrario, lo peor de las sociedades de la nación se ha posicionado estratégicamente en cada nivel de mando, permitiendo que sus acciones queden impunes ante la ley; debemos entender que, como individuos, estamos solos y nada podemos en contra del aparato criminal en el que hemos permitido que se convierta el gobierno, pero como sociedad, sí somos capaces de cambiar las cosas y un primer paso para hacerlo sería el desconocimiento total de los partidos políticos, no uno o dos, de todos ellos porque ya han demostrado que su único propósito es vivir a costa del trabajo de quienes sí desean progresar sin abusar de los demás, por lo cual, estos tiempos electorales son propicios para al menos, considerar una acción determinante.

En ese pequeño ejercicio democrático en donde se evidencian los obstáculos en los que nos metemos al optar por uno u otro candidato, rejuego que nada más les hace el caldo gordo a los dirigentes de este bendito país que no ha encontrado la suya en más de doscientos años de una aparente vida independiente, porque no me dirán que no les vendieron la idea del fatalismo en el que nos sumimos por culpa de los tres grandes invasores que fueron España, Francia y los Estados Unidos, pero donde nunca nos contaron es que tomamos esa actitud de víctimas por la verdadera culpa de gobernantes codiciosos que se peleaban entre sí por su miserable búsqueda de riqueza fácil o de un cargo público que les garantizara exactamente lo mismo, para finalizar todos como siervos del exterior.

Porque aunque un gobernante de un país como el nuestro crea que sólo sirve a sus intereses, se está contando un cuento de hadas pues sus acciones quizá no sirvan al pueblo que juró proteger, pero sí debe rendir cuentas a alguna potencia que tenga intereses en esta zona económica que, por cierto, ellos manejan lo que en nuestro caso se resume en dos palabras: Estados Unidos. Son ellos (su gobierno) quienes avalan candidaturas o presidencias en pleno desde 1821, costumbre que terminaron de imponer con la doctrina Monroe, que por desgracia nada tiene que ver con Marilyn, que es sólo de tolerancia, nunca de aceptación, porque ellos no tienen amigos, en el mejor de los casos sólo socios comerciales y en ese rubro, tampoco estamos nosotros. Salud.

Beto

lunes, 1 de abril de 2024

Para aguantar mentadas

En algún lugar deben vender
pomada para las mentadas. Foto: BAER

Irapuato, Gto.- En la tienda de caparazones me informaron que ya todos se vendieron, que fueron adquiridos por los candidatos que buscan un puesto en el servicio público y que ellos, también protegerán a sus séquitos; está visto que buscar un puesto público es una medida desesperada de las mentes pequeñas para sobresalir y hacerse de algo de riqueza de manera rápida, aunque se trate de un parapeto para esconder un robo legalizado. La promesa se ha mantenido latente durante todo el tiempo en el que la humanidad descubrió que puede crear diferencias mediante reglas, en algunas épocas mediante la violencia y el sometimiento físico y en otras, mediante la violencia y el manejo ideológico, pero siempre apelando a ideales superiores que pocas veces tienen que ver con la vida de los sometidos.

Es importante tener una perspectiva clara cuando se busca ocupar un lugar en el aparato gubernamental en cualquiera de sus niveles, lo cierto es que el mayor número de los casos, la que debería prevalecer (la de servicio) se pierde una vez que se saborea el poder por muy diminuto que sea éste; hay una trampa en la que caemos tanto funcionarios como contribuyentes que es la de pensar, por un lado, que todos los trámites son inmutables y, por el otro, que aunque no se publiquen éstos adecuadamente, el público debe saber sobre los cambios que se hayan producido, por lo que unos no sabemos preguntar y los otros ni tienen paciencia ni saben explicar. La relación con la burocracia así, se vuelve en todo momento, un suplicio al que nunca quisiéramos enfrentar, lo malo es que debemos hacerlo cada año.

Si nuestra riqueza acumulada nos da para escalar en nuestras relaciones con el aparato burocrático, lo único que cambiará será el monto de lo que debemos defender de ellos y el tamaño de las mordidas; seguramente todos los funcionarios públicos saben lo que pensamos de ellos puesto que en algún momento fueron ciudadanos de a pie y pensaban exactamente lo mismo que nosotros, pero no hay nada peor que la adhesión irracional, pues el desacuerdo al menos debe dar respuestas lógicas, la idolatría supone ya nada necesitar ya que el objeto de su admiración le dará todo, lo que diga será incuestionable y todo lo que emprenda se elevará al nivel de beneficio para la humanidad, aunque nada le toque al admirador del gran reparto, pero las migajas que reciba le sabrán al más delicioso manjar, aunque se trate de veneno.

En la tierra de la equidad, las oportunidades de acceder a la riqueza están al alcance de la mano, sólo hay un detalle, este país no es tal tierra; se habla de una igualdad en abstracto, garantizada por un documento que a nadie le importa aunque se presuma como producto de la primera revolución del siglo XX; todo ello no es otra cosa que una serie de mentiras institucionalizadas que a nadie hace sentido pero nadie tampoco se molesta en averiguar si hay alguna versión que esclarezca nuestros orígenes y podamos estar orgullosos de ellos, quizás así podemos valorarnos y mentar madres con pleno conocimiento de causa, que la frustración sea más una anécdota que un rasgo cultural, que cuando hablemos de este país sea porque las presunciones se vuelvan realidad. Salud.

Beto

Un yo para cada ocasión

¿Cuáles y cuántas máscaras usaremos hoy? Foto: BAER Irapuato, Gto.- E l sonido y las luces inundaban los recintos en los que, en los ochenta...