De las costumbres...

Las premuras siempre se hacen presentes cuando menos esperamos; preveemos pero ningún tiempo nos alcanza. Resulta notable observar la cantidad de esfuerzos que nuestro pueblo (éste tan sufrido, melodramático y telenovelero) hace para poder estar a tiempo en todo, díganse pagos, juntas, reuniones o el entretenimiento.
Siempre hay algo que se interpone entre nosotros y lo que debemos hacer. En León -ciudad de mis múltiples desvaríos y extrañamientos- es notablemente contradictorio que utilicen una frase casi como pretexto anticipado para llegar tarde... o no llegar.
El "háblame para ponernos de acuerdo", ha tomado una dimensión de escudo protector contra los propios fallos y excusa anticipada para no comprometerse con nadie. ¿Qué no en el momento de estar proponiendo una reunión, estás poniéndote de acuerdo? Pero se debe entender con un leonés que "háblame..." significa que quizá me salga algo más significativo que lo que estamos acordando en esos precisos instantes. Durante mucho tiempo, eso me hizo sentir como poco importante para que algún poblador de esas tierras hiciera citas conmigo. Nadar contra corriente nunca ha sido sano.