No voy a ser condescendiente, tampoco las defenderé, no es mi estilo ni tampoco lo necesitan. La selección de fútbol sub-17 femenil ha terminado prácticamente su participación en el mundial de la especialidad sólo le resta un partido. Una vez más se vio la mano de Leonardo Cuellar. Sé bien que en dos juegos se trajeron trece goles en contra por uno a favor (perdieron con Alemania 0-9 y con Corea 1-4); a la distancia parecería un fracaso como algún comentarista deportivo radiofónico-mañanero se animó a decir, sin embargo, yo quiero verlo como un pequeño avance -en el segundo partido se ahorraron seis goles- como resultado de su primera experiencia mundialista.
Insisto en que mi intención no es apapachar al equipo, ni siquiera me conocen y no creo que lean esta líneas; pero estoy convencido de que para la próxima edición, las enseñanzas estarán a la orden en lo deportivo, habrá más entrega, mejor planteamiento táctico, mayor disciplina y con suerte, una más nutrida participación de niñas que quieran jugar al balón pie. Puedo ver a lo lejos una selección con mejor semblante que tal vez vuelva a enfrentar a las teutonas y consigan que no le anoten más de tres goles. Tampoco soy un soñador perdido si pensaron en que diría que les ganarían. Creo que nos falta mucho trabajo como país para aspirar a esos vuelos...
¡Chín! Se me olvidaban los gorilas que tenemos como dirigentes del fútbol nacional. Será para otra vida entonces.
pues nos esperaremos a la otra vida..........
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