Oportunidad

Una imagen que nos gustaría
borrar de nuestra memoria.

No se logró, las razones podemos buscarlas en el funcionamiento, en las tácticas, en la historia y hasta podemos encontrar excusas o pretextos para no sentirnos mal o para parecer nuevamente las víctimas; por lo que queramos o mandemos el resultado es el mismo que en las más recientes ediciones de la copa del mundo del deporte que más nos apasiona y que nos deja, por lo regular, con insatisfacciones.

Lo cierto es que el equipo formado por Miguel Herrera, dio muestras de lo que podríamos ser capaces si tan sólo nos organizáramos un poco. Verlos teniendo al equipo holandés en un puño, me hizo pensar en que de verdad es cuestión de acuerdos y de no dejar de hacer lo que nos corresponde. Fueron dos descuidos los que los dejaron fuera de la competencia, como nos suele pasar.

La parte arbitral está cuestionada desde nuestro punto de vista, pero sólo en la consecuencia. Se buscan argumentos pero aun cuando pensemos en la "ley de compensaciones" de los jueces en favor de los mexicanos diré que salimos ganando, pues se les perdonó más a los europeos que a los nuestros. Y sostendré: el que haya marcado un penal en el minuto 94, no es el real problema.

Si debemos acusar al arbitro debe ser por su tendencia a dejar que se dé el juego sucio, al engaño y al mal trato de un deporte que tiene como contraparte, el no respetar el espíritu por el cual se inventó. No fue la marcación en tiempo de compensación, fue el dejar que un jugador estuviera buscando reiteradamente el engañar para que se le sancionara una falta a favor.

Podremos criticar y desear que Robben sea calcinado en una hoguera, pero él no es otra cosa que el producto de un manejo burdo y tramposo del fútbol, algo que debemos conocer a la perfección, puesto que nosotros lo presenciamos todos los fines de semana en nuestro torneo local. Si la tendencia es seguir criticando, pensemos antes cuán ridículo fue el clavado del holandés y cuánto hemos calificado eso de "inteligencia". Salud.

Beto