lunes, 6 de marzo de 2023

Espacio gourmet en zona popular

Exquisitez al alcance de la mano. Foto: BAER

Irapuato, Gto.- Llegar no es difícil y la falta de un en lo alrededores crea la sensación de cercanía y de conocimiento como si se tratara de un establecimiento de décadas; la novedad estriba en romper con el esquema de que la buena cocina es sólo para geografías privilegiadas, el derecho a la exquisitez es para todos. Platillos que saben a hogar con un toque de inventiva; la ambientación corresponde al tipo de comensales que regularmente asisten, la familiaridad en el trato los delata o, al menos, evidencia lo cómodos que se sienten en ese espacio. Tonantzin no parece un nombre común para un restaurante y menos para uno de cocina especializada, sin embargo, es lo de menos la asociación de conceptos al momento de probar cada platillo que ofrece la oportunidad de experimentar un viaje en el tiempo.

Aun sin saber cuál es su nombre completo, el propietario es conocido por sus comensales como Charly, denotando la familiaridad forjada desde lo cotidiano y es ahí donde se gesta el éxito del lugar, los saludos vienen de la calle y regresan a ella como promesa de volver en el corto tiempo. ¡Y cómo no hacerlo si la comida que se sirve tiene el encanto del hogar con el toque preciso de la alta cocina! El contraste entre los platillos y el lugar en que está ubicado hace de Tonantzin, un espacio exótico que presumir en la ciudad, tan necesitada de puntos de reunión para cuando lleguen visitantes de otros lares. Pensándolo bien, el tamaño también es un atractivo a explorar pues permite el intercambio de impresiones entre comensales y entre éstos y la cocina.

Entre palabras y aromas se va pasando el tiempo, el recuerdo de escenarios anteriores es inevitable pues cada pequeño detalle tiene la facultad de enlazar coincidencias con lugares entrañables y personas que con sus acciones se volvieron inolvidables. Pensé que la escena de Ego probando el ratatuille sería una exageración pero, si ponemos atención a cada bocado que ofrece Tonantzin, tendríamos una experiencia muy cercana a la plasmada en la película, si bien nuestras papilas gustativas son sensibles a una infinidad de combinaciones, la verdad es que no es necesaria la sofisticación a ultranza para sorprenderlas. Al parecer, Charly ha entendido ese concepto y con elementos básicos es capaz de elaborar platillos que toman por asalto la lengua, dejando a su paso la necesidad de seguir probando.

La rebeldía en su propuesta estriba en acercar un poco a una zona de clase media a la alta cocina con elementos propios del lugar, sin dejar de lado por supuesto, la opción de agregar ingredientes ajenos que complementen su idea de alimentación. Las cuatro manos que allí laboran (pues su pareja resulta un aporte clave en el proceso) parecieran estar tan ocupadas que no prestan atención a lo que sucede en las mesas, sin embargo, eso está muy alejado de la realidad. Su habilidad con sartenes, cazuelas y platos les permite atender de manera personalizada a quien se haya dado la oportunidad de explorar el universo gastronómico alternativo que han propuesto. Si alguna vez pasan por la calle de Pípila y están cerca del número 641, no duden en entrar, serán bien recibidos. Salud.

Beto

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Espejismos económicos

Una escena así, ahora es impensable. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. M al de muchos. Hace días, en uno en uno de esos canales de You Tube que ...