Hoy deberíamos estar festejando 189 años de la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México, dando por concluída entonces, la lucha que se le achaca a Hidalgo. Pero Iturbide cometió un error histórico. Quizá la ambición, quizá malos entendidos de cuál sería su papel en el país naciente, quizá malos consejos de sus allegados, el caso es que se intentó desde la perspectiva republicana, darle plumazo a su participación.
Como lo haya hecho (y esto no debe espantarnos de ninguna manera), él junto con la iglesia católica y Guerrero -tampoco quiero que se me condene por no considerarlo- fraguaron los primeros días de independencia de lo que ahora conocemos por México. Los once años anteriores se trataron de un problema bélico entre una metrópoli y su colonia, nunca entre países distintos. Aquí que me corrijan los historiadores serios, pero si mal no recuerdo, el reconocimiento como nación no se dio sino hasta 1824, una vez terminadodo el primer imperio. Aquí regreso al error de don Agustín; si lo vemos desde una perspectiva de delirio de grandeza, nos sería fácil condenarlo pero creo que aún no se han sacado todos los elementos, tanto condenatorios como atenuantes, para ello. Mientras tanto, démonos cuenta que inclusive, su imagen fue censurada de nuestro himno nacional. No lo defenderé, sin embargo, sí me gustaría que pasara su figura histórica por un juicio más detallado. Por lo pronto, pueden ver el párrafo suprimido del himno que se refiere a don Agustín de Iturbide, prueba de que si te mueves, no sales en la foto.
"Si a la lid contra hueste enemiga
nos convoca la trompa guerrera,"Si a la lid contra hueste enemiga
de Iturbide la sacra bandera
¡Mexicanos! valientes seguid.
Ya los fieros bridones les sirvan
las vencidas enseñas de alfombra
los laureles del triunfo den sombra
a la frente del bravo adalid".
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