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Así lo vimos nosotros. Foto: BAER |
1. Muy bonito, sin embargo... A poco más de tres meses del evento, creo ya haberme ganado el derecho a expresar mi opinión acerca de Val’Quirico, vendido en las redes como un centro turístico además del trabajo de boca en boca hecho por los anteriores visitantes, no es que la información sea mala, sino que está incompleta pues debería dejar en claro que no es un lugar para el que cualquiera pueda aspirar a hospedarse, como sucede en San Miguel de Allende o Guanajuato, puesto que no se trata de un poblado como tal, bueno, ni siquiera se trata de un fraccionamiento y la verdad, los precios allí dentro no son baratos. Tratar de verlo y venderlo como un centro turístico es bastante errado si no es que tramposo, pues lo que menos hay es información sobre su creación, la tradición o la cultura que pudiera haber en ese lugar.
2. Expectativas muertas. ¿Cuándo aprenderé? A estas alturas del partido, sigo mi costumbre de no preguntar en ciertas ocasiones para no parecer inoportuno, lo que me ha traído problemas en distintas oportunidades, empero, debo decir que a pesar de ello, agradecí y agradezco que se me haya tomado en cuenta para los festejos en los que participé; dicho lo cual, pasaré a las quejas. Es probable que haya mal entendido la información, pero esperaba encontrarme en un pueblo donde la gente rebosara información y cultura, por el contrario, me encontré con una bola de trabajadores que sólo estaban allí para cumplir, lo más amablemente que les permitía su necesidad, con las tareas que alguien más les impuso por lo cual, meseros y dependientes de mostrador (que es lo que abunda) atendían con «cara de vaca».
3. Cero información. Una de mis pruebas para entender que Val’Quirico no es un centro turístico es que la información que ofrecen se limita a la ubicación de las tiendas y en qué está inspirada la locación, quizá porque estuvimos entre semana, pero creo que lo único que cambiaría sábados y domingos es el número de visitantes. Tampoco vi un módulo de información salvo por el trenecito que hace un recorrido por todo el lugar en apariencia, muy semejante al que hay en Plaza Cibeles; las descripciones versan sobre lo obvio, sin aportar más allá de lo que se ve, ni siquiera sobre el cómo se originaron las tiendas o los restaurantes, algo de mayor utilidad que simplemente identificar lo que evidentemente podemos ver por nuestra cuenta, aunque, ¿qué historia, que fuera interesante, puede tener un centro comercial?
4. Una plaza temática. Quienes hayan ido alguna vez a Disney World, hagan de cuenta, con la diferencia de que en Val’Quirico sólo hay un carrusel, por ello la verdad, resulta (como afirmó el más entusiasta de nuestro grupo) un lugar para visitarse una sola vez si es que llevas la idea de un centro turístico; si se ve como un complejo de restaurantes y tiendas bien ambientado, quizás el encanto se acabe en cuanto se hayan probado todas las cocinas, porque desde aquí, sería bastante oneroso visitarlo para nada más ir a comer una tarde. Si escucharon o leyeron sobre este lugar, no les quito la intención de visitarlo, pero deben hacerse a la idea de que se toparán con gente (visitantes y trabajadores) que van a cumplir con un cometido: disfrutar de lo que haya sin que se les moleste, así que estarían por su cuenta. Salud.
Beto
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