lunes, 4 de octubre de 2010

Yo soy quien soy...

El hambre es canija; pero vista de manera positiva, activa las neuronas de tal manera que dispara nuestro ingenio y agudiza nuestros sentidos, al grado de idear múltiples formas se satisfacerla. Quizá suceda lo mismo con el hambre de saber o los apetitos carnales o la necesidad imperiosa de ser alguien.
Al paso del tiempo, vamos dándonos cuenta de que no todo en la vida es estar al día; la trascendencia va tomando forma hasta llegar a ser un cuestionamiento diario sobre lo que somos o en lo que nos hemos convertido. Como dicen por ahí, eres lo que comes, con quien te juntas, la ropa que usas, en fin, te conviertes en todo lo acumulable.
Aquí podríamos hablar de colesteroles tecnológicos o de triglicéridos de moda, lo cierto es que la superficialidad nos va llevando por veredas que la humanidad ya ha transitado pero que siguen causando curiosidad por falta de memoria. Además, parece poco atractivo registrar los errores cometidos por otros, a sabiendas de que los humanos no aprendemos en cabeza ajena. Así pues, estamos condenados a repetir pandemias, malos gobiernos, traiciones y consumismos absurdos.
¿Habrá cura? Si debemos inventarla, que se apure alguien, porque yo estoy ocupado pensando en qué desayunar.

1 comentario:

  1. hola me gusto esta publicación mira que inspirado andas día a día.
    ATTE: JULY

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