Acabo de bañarme y lo primero que pensé fue en ¿qué voy a desayunar? Claro que, cuando la escasez está presente, las limitadas opciones no te permiten ser indeciso. De un "tin marín" pasé a escoger entre huevo y frijoles o frijoles con huevo (hay diferencia) o frijoles "a huevo". A varios de ustedes les habrá sucedido algo semejante, aunque sé que con cangrejo, jabalí europeo o caviar.
Diría el veracruzano (aqui debo aclarar que hablo de René) "nada hay más deprimente que un refrigerador vacío". Tiene toda la razón; abrir la puerta y sólo sentir el frío del aire que emana, ciertamente no resulta muy nutritivo, máxime cuando descubres que tenías un plato de comida que te gusta mucho, pero que llevaba demasido tiempo dentro, lo cual lo convirtió en un excelente cultivo de penicilina.
Resignación de por medio, debo dejar de lado el recetario que había apartado la noche anterior ,me faltan ingredientes. Aunque en un rato pienso ir a surtir los trescientos pesotes que me quedan de vales de despensa. La lista de comestibles y bebestibles debe ser cuidadosa para que, aunque me alcance para poco, está bien surtida.
Bueno, cada quien pone sus esperanzas en lo que más a la mano tiene. Buen provecho.
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