jueves, 18 de noviembre de 2010

Juventud, maldito tesoro

No es lo mismo "Los tres mosqueteros..." Y a la distancia parece tan fácil; lo cierto es que esta mañana me recordó que si no tienes disciplina, las escaramusas deportivas te cobrarán su cuota habitual. Levantarme fue poco menos que doloroso -primero por la flojera producto del cansancio-, cada parte de mi cuerpo reclamo para sí toda la atención de mi cerebro. Prácticamente tuve que pedirles permiso para moverme. Pero lo bailado nadie podrá quitármelo.
Es hasta cierto punto conmovedor escuchar que alguien tuvo la osadía, dada su edad, de realizar una actividad que en lo cotidiano ha dejado de lado, por cumplir con otras obligaciones. Claro está que cuando es uno el que tiene el atrevimiento, sólo quedan remordimientos de conciencia: "si hubiera seguido haciendo la rutina que inicié el año pasado..."; en lo personal, haber jugado voleibol en mis tiempos de preparatoriano y universitario y haber prolongado dicha actividad por quince años más, tiene como beneficio que ahora no sufra demasiado con algún sobrepeso o alguna enfermedad de ésas que ahora nos espantan (al menos no, que yo haya detectado), pero de eso a querer revivir las glorias pasadas, pues ya sólo como recuerdos compartidos, por ejemplo, con Norma Eugenia, que también le entro con sinigual entusiasmo al voleibol.
Ayer jugué -bueno, me paré en la cancha- y ahora debo pagar el precio.

1 comentario:

  1. Je, quizá haciendo media hora de ejercicio diario, podrías retomar en parte la rutina que tenias antes, para que no te canses cuando "te pares en la cancha" Jeje. Saludos

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