Subyugado me encuentro con la novedad de que las cosas, para el próximo año, seguirán como hasta ahora. No podría ser de otra manera si las gasolinas continuarán su escalada. Asimismo, los precios de nuestras acciones aumentarán según la calidad de nuestras intenciones. Todo depende de lo que acostumbremos hacer con nuestra vida.
Sólo debemos tener cuidado con lo que se nos antoje; así como lo que no nos mata, nos hace más fuertes, también aguas con lo que deseamos, pues se puede cumplir. Lo que intento decir es que podría ser buen tiempo para empezar a hacer nuestra lista de buenos deseos para el próximo año, así nos queda tiempo para arrepentirnos antes de decirlas ante el pleno familiar y, con ello, quedar como los mentirosos de siempre.
En lugar de eso, podríamos encabezar una iniciativa para la elaboración de propósitos de fin de año, las bases están dadas de antemano; por ejemplo, podríamos alinearnos para contribuir con el prestigioso primer lugar en obesidad del mundo, total, cuando prometemos adelgazar, sucede todo lo contrario; quizá proponernos vigilar a los que quieren de fumar, sería sencillo tomando en cuenta que las zonas restringidas se expanden geométricamente, aunque los fumadores aleguen que es atacada su libertad de suicidio paulatino; o en el último de los casos, ir pensando en cómo planear nuestros próximos festejos una vez que la economía de este país sucumba a la dependencia total del exterior.
No es pesimismo, sólo son pequeñas propuestas para quer no digan que nadie las mencionó; es una tarea sucia, pero a alguien debía ocurrísele.
Jajajajajaja, yo por eso no digo mi lista de propósitos para el siguiente año!! Muahahaha... Jajajajaja.
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