Hay empresas a las que uno se mete sin haber pensado dos veces si era prudente y, para un tipo como yo que ni siquiera tiene a su cargo un pez dorado, resulta harto impactante el cambio de ritmo que se avecina. Pero las emergencias así son. No se puede dejar de lado que cuando la familia necesita algo, aunque todos tienen el deber de ayudar, ocasiones las hay donde un solo miembro puede desatorar la situación.
Será mi tercer convivencia compartiendo mi espacio con alguien, pero con un cariz distinto a las que ya tuve. Viéndolo por el lado bueno, la experiencia va a servirme para centrar mi atención y poner en claro el desorden mental que me he cargado durante mucho tiempo. Las necesidades tienen esa virtud, cuando crees que nada peor puede suceder, vienen a demostrarte que hay otros que requieren de mayor atención.
Ya estoy planeando las rutinas a las que me insertaré en al menos, los próximos veinte días. Puede ser que salgan más ideas sobre la supervivencia y venga a ventilar más de mis inquietudes por este foro; otra ventaja es que ajustaré mi disciplina para tener mejores pretextos de escritura y, quizá, logre terminar los escritos que dejé pendientes desde mis días de recién egresado.
Aunque posiblemente, llegue al punto en que deje todo por la paz y mande al mundo a rodar a su... Espero que no. Más informes, en las siguientes entregas de esta minicolumnita. Salud.
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