El primer pensamiento de la mañana es muy importante porque va a ser la impresión que tendrás del día; así como con las personas, la primera valoración marcará el trato que le y te darás. No voy a salir a estas alturas conque "hay que pensar positivo", si tienen ganas de ser pesimistas, hacer berrinche o despotricar en contra del mundo, están en todo su derecho. Al fin y al cabo, pretextos sobran.
De cierto tengo, por otro lado, que todos tenemos ciclos, donde durante el día el ánimo está arriba o abajo, según lo que vayamos absorbiendo o expulsando de nuestra jornada. Como podemos encontrarnos con alguien que nos alegre, como también podemos toparnos con situaciones frustrantes. El caso es que reaccionamos y lo hacemos contra todo o contra todos.
Me paso al otro lado de esta perspetiva y es posible que nosotros seamos los causantes de la reación de nuestro vecino; por un lado, si lo hicimos reír, eso ayudará a que su trabajo sea más llevadero así como el nuestro, pero si por desgracias provocamos que no se sintiera a gusto, nuestra conciencia estará machacándos eso como una suegra molona.
Ahí es donde, quizá, se encuentre escondida la madurez, en la manera que tenemos de despertar. En qué pensamos cunado nos levantamos, cuáles son nuestros razonamientos durante nuestras labores, qué intentamos hacer de y con los demás. He de confesar que hay mañanas en que me levanto con la franca intención de joder, pero mi antídoto es recordar a cada una de las personitas que hicieron lo mismo conmigo y santo remedio, la sensación de convertirme en ellos me hace dar marcha atrás. Que esto que lo otro, salud.
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