Debe ser una señal apocalíptica; a mi tía Chayito nunca le gusta a la primera, algo que haya hecho o probado, casi siempre le pone peros a las cosas. Si te sirve una sopa, seguramente ésta vendrá acompañada de una sentencia como "pero quedó salada". Por supuesto que nunca es cierto. El día de ayer, todo le pareció sabroso; algo está tramando o quizá aparece en la biblia el tres de febrero como una señal del fin del mundo. Muéranse de envidia Mayas.
Es posible que su necesidad de atención a obligue a minimizar lo que realiza, para que los demás le hagamos ver que apreciamos lo que cocina, teje o cose. En verdad casi todo le queda muy bien; si comparáramos sus obras con alguna de alguien famoso, tal vez tengan la fuerza de un Tiziano o las formas seductoras de un Miguel Angel, aunque a decir verdad, en ocasiones sus revoltijos de sopas semejarían un Picasso.
Eso sí, todo muy bueno y con sabor casero. Me he llevado grandes sorpresas con su cocina, pero también grandes quemadas de boca, pues tiene la costumbre de avisarte que calentó de más la comida, después de que le diste la primera cucharada. Terminamos riéndonos al tratar de reclamarle balbuceando cualquier tontería, pues el ardor no nos deja hablar bien.
Nada se le puede reclamar a la mujer que nos cuidó a mis hermanos y a mí desde que nacimos, sólo queda aguantar como los meros machos, si acaso tenemos la mala fortuna de comprobar los grados centígrados de exceso que pueda traer cualquier muestra de su sapiencia culinaria. Salud, aunque ella no beba.
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