viernes, 11 de febrero de 2011

La chiripa también cuenta

La fortuna sonríe de vez en cuando, no avisa pero cómo alegra el espíritu cuando se presenta. Cierto es que no creo en que los eventos fortuitos sean los que dominen en ella, sino que el trabajo continuo hace que la casualidad nos la presente cara a cara. Hay que estar en el momento y el lugar adecuados.
Un nombre como Laura Palma no parece representar mucho en el ámbito nacional, de hecho, posiblemente sólo la consideren importante en su casa. Por lo que a mí respecta, tampoco resulta ni siquiera conocida, pero puede adquirir relevancia al comunicarse nuevamente conmigo para ofrecerme de nueva cuenta un curso que, según lo que me comentó hoy, no pudo establecer por falta de presupuesto.
Teresa de Ávila diría que la paciencia todo lo vence, yo agregaría que la amnesia, si no funciona la primera, todo lo anestesia. No tienen idea de lo contento que me puse al ser considerado otra vez para dirigir esas horas de conocimiento cuasi instantáneo. Ese dinero me caerá de perlas.
Sólo debo responder a la petición del presupuesto que ya les había enviado pero que ahora tengo que actualizar; la tentación de ajustar precios es muy grande, la calculadora me lanza una sonrisa cómplice que anuncia un contubernio ¿de eso se tratará la ambición? Las palabras que me dijera alguna vez Adriana Vázquez toman una preponderancia mayor ahora: "El Señor se apiada de los tarugos". Ya saben por quién, bohemios.

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