Los ciclos del entretenimiento son tan estrechos que debemos variar y cambiar a cada rato lo que nos divierte; eso han entendido los profesionales de la comicidad, por ejemplo. Aunque el fenómeno se percibe mejor cuando tratamos de mantener la atención al utilizar los videojuegos. Puedo intentar hacer una crítica sobre los contenidos, la automarginación que provocan o la violencia exhibida en algunos.
Quizá también, pudiera hacer incadié en la parte buena donde alguna conciencias preclaras ven una manera de agilizar los nexos mente-mano; pero no, sólo intento mantenerme cuerdo en cuanto a mi postura frente a la supusta adicción que traen consigo. Y no me lo van a creer, estoy de acuerdo, pero con cierta mesura.
Todo está, creo, en lo dispuesto que esté uno a invertir el tiempo en aislarse del mundo tangible para "interactuar" en el mundo virtual. Al fin y al cabo, los golpes recibidos en ese último mundo, no duelen. Los combates ahí presenciados permiten tener la seguridad de que, al final del juego, vamos a estar vivitos y coleano, sin nungún rasguño.
Por otro lado, los que gozamos de la tranquilidad de "cosechar" nuestros maicitos virtuales en la "granjita", también tenemos la confianza de que en algún momento, si se "echan a perder", habrá algún vecino piadoso que se encargue de "revivirlos". Así, nunca hay pérdidas. Quizá la parte censurable esté en que habrá quienes adapten su vida a los tiempos del juego.
Consciente o inconscientemente, forjamos una burbuja donde lo que importa sea el control de nuestras relaciones: hablaremos lo mínimo indspensable, creyendo sinceramente en la "preocupación" de los demás por lo que ocurre en nuestro mundo alterno. Un intento de mantener una presencia sin estar.
Yo por lo pronto, debo ofrecer disculpas a todos mis "vecinos" de Farmville por las semanas en las que he estado ausente; procuraré seguir atendiéndolos. La verdad es que me he estado ocupando de otras formas de entretenimiento igualmente terapéuticas (já); por otro lado, el haber puesto una destiladora virtual en la granjita, hace que se me antoje a cada rato un vinillo tinto y mejor decidí ocuparme de uno real. Salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario