De haber sabido que la mente tiene poderes, me hubiera esforzado menos en aprender muchas cosas; sólo hay que imaginarse lo cómodo que sería poder realizar las tareas cotidianas, únicamente deseándolas. Saber por ejemplo lo que sucederá con la oferta de trabajo que tenemos pendiente. Bueno, en realidad podemos saberlo cuando nos dicen "nosotros le hablamos", señal de que nunca lo harán.
Quizá el poder de mover los objetos sin tener que tocarlos, nunca se perdería el control remoto de la televisión. Eso sí, hay quienes pueden sacarte de un lugar con el simple movimiento de un dedo y diciendo: "está usted despedido".
¿Qué tal la clarividencia? Poder saber lo que está pensando un cliente para adelantar el argumento de venta... cierto, las mujeres tienen algo así, cundo creemos que el pretexto que ponemos es el más original que se nos haya ocurrido para no ir con ellas de compras.
Está bien, algo que nadie puede tener de forma natural: la telepatía. Poder mandar ideas de forma instantánea sin la necesidad de usar nuestros sentidos... ¿qué? ¿¡También se puede por medio del mensajero!? Cierto, hay quienes entienden tu estado de ánimo sólo con ver cómo estás escribiendo. Total, ya no se pueden tener aspiraciones sobrenaturales. Quizá quede el recurso del encuentro con Dios a través de los efluvios etílicos. Por si acaso, mírenme a los ojos, tienen la vista cansada, sólo escurarán mi voz, harán todo lo que les diga... Salud.
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