Hay actividades que por su naturaleza, dan flojera desde que se les ve. Los resultados de la actividad didáctica se pueden evidenciar en una semana de exámenes semejante a jugar al "tú la traes", todos corren y a ver a quién se le pesca. Quizá sería muy extravagante, pero de todas formas divertido, que las pruebas fueran, al ser aplicadas, narradas con la voz del "Perro" Bermúdez: "...puede responder la cinco, prefiere ir por la once; contesta la nueve de forma versallezque; recorre la hoje entre la tres y la diez, tenla, tuya, mía, te la presto y se queda pensando ahí, donde las arañas tejen su nide". Lo mejor de todo sería a la hora de dar las calificaciones: "la tenía, era suya y la dejó ir...".
Es muy probable que los resultados no variarían en un ápice, pero qué divertidota nos daríamos. Los grados se obtendrían con un ritmo futbolero que envidiarían los mismísimos brasileños, con una metodología superior, en disciplina, a la alemana, sólo por escuchar diligentemente si se aprueba, un "Enoorrrmmeeee" y tratar de evitar la vergüenza de un "Tirititíiitooo nada más" si se reprueba.
De premio a la excelencia, podrían ofrecerse las narraciones épicas que Bermúdez ha hecho de la selección nacional desde la década de los setenta, para que, como forma didáctica de memorización, entiendan los educandos la importancia de mantener un estilo de trabajo sin lugar a dudas. ¿Los resultados para el país? Definitivamente los mismos que si me propusiera en estos momentos, hacer una oda a la virilidad de Ricky Martin o Alejandro Fernández. Se impone un profiláctico salud.
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