Estoy rompiendo el ritmo de descanso; los desvelos han sido continuos pero sustanciosos, sin embargo, ahora mismo oigo las noticias y me encuentro con que la tónica no ha cambiado, la noticia sigue siendo la violencia. Hablar de los lugares turísticos es mencionar lo segura o insegura que puede ser la estancia en ellos.
Aquí cabe un momento de reflexión, es posible que alguien siniestro esté manejando la información para que la mayoría tengamos miedo y pensemos menos en salir. Esto podría ser motivo de estudio sociológico, pero quizá no. ¿Qué tal si sólo se trata de un intento de no juntarse con toda la bola de "nacos" que se dejan llegar en estas fechas?
Alguna vez escuché de alguien de buena cuna, que no salía en SemanaSanta porque los destinos de descanso de este país se estaban llenando de gente fea; aquí debo aclarar que no se refería al aspecto físico solamente, sino que Acapulco, Zihuatanejo, Vallarta y demás puntos geográficos estaban tomados prácticamente por gente que no se comportaba de muy buena manera que digamos.
Entonces, si esto hubiera llegado a los oídos de las personas que mueven los hilos en este México lindo y querido, podría pensarse en consecuencia que con el manejo de la información podrían ahorrarse de alguna manera el encuentro con todo ese tipo de personas no deseables, cuando decidieran tomar un descanso de sus actividades cotidianas.
Lo anterior si se tratara de los representantes de las "buenas conciencias", pero se me acaba de ocurrir que el experimento lo podría llevar a cabo el ala delincuencial... ¡Ah, canijos! Quieren los espacios turísticos para que nadie los moleste en sus traslados de narcóticos. Lo malo de estar de vacaciones es que incrementan las posibilidades de extender las paranoias a otros terrenos que rebasan lo laboral. Mejor salud.
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