Estoy haciendo mis mapas mentales sobre las rutas que de ahora en adelante tomaré para recorrer este honorable poblado; la seguridad ante todo, así que tendré a bien conformar un detallado curso para llegar a los múltiples destinos que tengo. Las calles ya no se comportan de la misma manera que hace treinta años, no yo tengo las facultades de entonces.
Debo aceptar que la idea de renovar mis votos dentro del Ciclismo-Lennonismo requiere de formalizar los rituales y establecer por escrito los estatutos que los regirán. Como creo prácticamente imposible encontrarme con el otro cincuenta por ciento de los fundadores (sólo somos el Cortina y yo), pues me tomaré la libertad de realizar todo por mi cuenta.
Por fortuna no es necesario inventar, pues todo lo tengo almacenado en el galimatías de mi estudio. En algún lugar debe estar todo. Lo mejor del caso es que ni siquiera requeriremos, quienes se unan a la causa y éste que les escribe, de buscar un mártir, puesto que el buen John ofrendó su vida para que otros disfrutemos de tan monumental gesto solidario.
La parte de la teoría está así, bastante cubierta, sin embargo la práctica, presenta un reto que sólo una mente preclara como las que abundan en las Cámaras, puede solventar. Es menester el convencimiento de los futuros seguidores, que inviertan en un ecológico pedaleo diario, coherente a lo establecido por esta incipiente doctrina. ¡Está fácil! Infartos de por medio, salud.
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