En honor a la verdad, el que cambiemos de estación me vale un soberano cacahuate, sin embargo para que no me vean feo en la sociedad, me sumo a la alegría que invade el ámbito del kinder garden ya que arribamos al verano sin más problema que la sequía rampante. Aunque resultó esperanzador que lloviera anoche y que las nubes no se hayan ido del todo esta mañana.
El ambiente semi-romántico que proporciona un día nublado, hace que me levante con energías renovadas para retomar las historias que tengo pendientes; unas meramente gozosas y las otras de carácter utilitario. Sólo espero que las segundas sean las adecuadas en cuanto reiniciemos los cursos, si vuelven a contratarme.
También estoy tomando ciertas providencias para estos dos meses en que no percibo un solo centavo; lo que me queda, después de pagar los servicios, lo estaré distribuyendo entre casi setenta días, lo que me da como resultado algo así como el salario mínimo, cálculo lo suficientemente optimista para no caer en depresión y tratar de suicidarme con un rasuradora eléctrica.
Así las cosas, creo que tendré un periodo vacacional bastante tranquilo, con exploraciones ecológicas al cerro de Arandas o algún destino un poco más lejano, donde mis piernas tengan un radio de acción moderado. Claro que aprovecharé también que mi madre quiere llevar a la suya a Puebla, así que me les pegaré como lapa y tendré material para el comentario. Con ansias de viajero, salud.
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