Un ciber abrazo.

Las ciber felicitaciones también tienen su chiste, al menos se tiene la obligación de prender las máquina y revisar quiénes están festejando algo; el abanico de posibilidades de enviar una felicitación a algún pariente, amigo o conocido se abre tan ampliamente que el mareo no se deja esperar pues el ataque de formas y colores te deja atónito (palabra dominguera).

Es tal la oferta de tarjetas de felicitación, por ejemplo, que apenas se está uno acostumbrando al formato de una, cuando aparece casi de la nada, otra ventanita que te asegura que tu destinatario será feliz con las opciones que te ofrecen, por encima de lo que ya hayas visto. Si se tratara de una competencia equina, seguramente diario veríamos un final de fotografía.

En estas últimas semanas, gracias a que tomé para mí la responsabilidad de revisar la página de facebook de la revista que coordino en el ciber espacio, repasé las páginas de tarjetas virtuales, desde gusanito hasta bubba, pasando por tu parada (no es albur) y hallmark; excuso decirles que a tan grande avalancha visual, no me quedó otra que rendir mis ojos al mensajero del face.

¡Qué flojo! dirán, pero tengo la razón cuando les digo que mis ojos ya no tienen la capacidad suficiente como para absorver tanto color en un cuadrito; así las cosas, a quienes haya felicitado por mi medio particular o por medio de la revista, aguanten un poco que la próxima vez me daré más tiempo para enviarles algo más que una palabras. Ya estoy apartando algunas tarjetas, espero que sigan ahí para el próximo año. Salud.