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Cuando las pedradas están duras, lo mejor es hacerse a un lado. Foto: Oronoticias |
Se lo había vaticinado a una de mis amigas que estaba convencida de que el próximo presidente de la república (después de Peña), sería Marcelo Ebrard; y no sólo está difícil de que vuelva a tener la oportunidad de serlo, sino que ahora el INE, acaba de quitarle la intención de ser diputado federal por algo en lo que no he ahondado pero que me late, es un pequeño ajuste de cuentas.
Lo peor del caso es que se alcanzó a transmitir en varias ocasiones, un spot de televisión donde Marcelo expone su interés por "servir" a los mexicanos y usando más o menos estas palabras: "quizá en el pasado hubieras votado por mí..." deja en claro que la decisión que tomó entonces nunca fue la más adecuada, por lo que da razón a mi vaticinio.
El haberse hecho a un lado para dejar su posible candidatura en favor de López Obrador, dejó ver que el supuesto carácter del cual tenía fama no era otra cosa que una sumisión disfrazada, algo que en el argot partidista se llama "alinearse". Los tiempos en la política no perdonan y, aunque la población de a pie no tenemos la memoria suficiente, habrá quien sí dentro de cada partido.
Si algo he observado en los juegos del poder, es que no se puede nadie distraer en lo que al manejo de intereses que se da, mucho menos, si los intereses a los que hago referencia, son ajenos. No estoy suficientemente enterado de la dinámica que se haya dado en su gestión como jefe de gobierno con permisos y negociaciones, pero de que debe haber huecos, debe haberlos.
Y quizá en el pasado sí hubiera tenido seguidores que lo apoyaran con fundamentos o simplemente por el hecho de cambiar de bandera en los Pinos, pero somos un pueblo que no juzga en razón de la totalidad de una trayectoria, sino en base al más reciente acontecimiento en el cual se participa; la línea Dorada del metro de la ciudad de México, sigue esperándolo. Salud.
Beto (BdI)
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