Peripecias de un cansancio incomprendido

Nada tiene que ver, pero está bonita.
Foto: Baer

El cerebro será un órgano grandioso, pero el mío debe tener una compleja megalomanía, pues cree tener todo bajo control y sale siempre con errores imperdonables; si alguno de ustedes ha estado en la situación en que piensa en realizar alguna tarea pero en realidad esta haciendo otra o no está usando los materiales adecuados o no trabaja en el lugar que debería, me entenderá.

Me dispuse renovar la imagen de los blogs que manejo y me encontré con novedades en las presentaciones de las caratulas, por lo que decidí que sería interesante usar alguna que le diera un mayor dinamismo a cada uno de ellos. Después de resistir los primeros impulsos, hice un análisis sesudo de las conveniencias de cada uno, por supuesto ganó mi particular gusto.

Al mismo tiempo, revisaba y pasaba a mi archivo en línea, las fotografías y los vídeos que tenía rezagados en ni teléfono móvil los cuales pienso usar, pero dicho archivo lo tengo en mi cuenta de los viernes y, como es de suponerse la tecnología se puso sus moños y tardó una eternidad en cumplir con su tarea la que acompañe con unos muy marcados cabeceos.

Al darme cuenta del poco avance, tuve que apurarme a escribir mi columneta y a fabricarme la imagen que ésta llevaría; terminada la tarea, me vi en la imperiosa necesidad de desechar todo ya que lo escrito no correspondía al día en el que estaba pensando, el viernes había quedado atrás. Luego dicen que el horario de verano no afecta al cerebro. ¿Qué hora tienen? Salud.

Beto