Na-na-na, na-ná. Naaaaah

¿De verdad un niño sabrá qué hace? Foto: Google

Nunca he estado en contra de los diferentes estilos de enseñanza en todas sus formas, aun esto represente un retroceso en los conceptos a utilizar; la música puede ser una herramienta bastante útil a la hora de crear hábitos como cuando nos enseñaban a lavarnos las manos o los dientes, pero el adoctrinamiento no lo soporto aunque se presente como algo casual e inocuo.

Además de estar soportando el tradicional escándalo del día del niño emanado de la escuela que en dudosa suerte tengo frente a mi domicilio, compuesto por diferentes melodías que escapan a mi gusto y entendimiento, tuve que ser testigo involuntario de la inclusión en el repertorio de la peor de las tácticas, planeada o no, para influenciar a la audiencia por simpatía.

No estoy seguro de las preferencias musicales de la directora ni de si tiene un contrato con el sonido que ofrece en cada festividad desde que habito esta casa, pero el haber incluido la canción del Movimiento Naranja, de verdad que supera toda mi objetividad para calificar sus preferencias solamente de nacas. Podría parecer a lo lejos como una travesurilla de moda, pero ¿y si no?

Es posible que en alguna otra institución se haya presentado tal fenómeno, que en alguna boda la hayan puesto porque, como se oye en todos lados, resulta simpático recordar al chiquillo que la canta, pues resulta asimismo bailar como él. Y si esto no es una estrategia para condicionar el voto, entonces es patético que tengamos que usar esa melodía para pasar el rato. Salud.

Beto

Pd. Feliz día del niño