lunes, 11 de enero de 2021

Comer, alimentar, nutrir

La “curación” es primordial para aprovechar mejor
y para no tragar piedras. Foto: BAER

Parecen haber terminado los días de alimentación a lo loco para que, los que hemos estado preocupados por nuestra salud, regresemos al camino de la nutrición; cosa difícil cuando hemos probado las mieles de los ponches, los tamales, los pozoles, los buñuelos, los atoles y las roscas, sin mencionar las especialidades de cada fecha como el pavo, el bacalao o los romeritos. Tiempo de erradicar el colesterol malo y sacar el mejor provecho del bueno. El llamado sale desde las entrañas mismas de la prehispanidad, en la elaboración de alimentos con ingredientes endémicos de cada región con los utensilios propios y tradicionales como los metates o los molcajetes de piedra volcánica.

Como actividad, comer requiere de socialización, con horas y nombres específicos, tal actividad se define por las cualidades de los alimentos que se ingieren que, en términos generales, se diferenciarán por la cantidad de condimentos que los acompañen es su elaboración. Claro que es imprescindible la alimentación constante con productos de buena manufactura para que el comer sea apreciado en su justa dimensión y su resultado, la nutrición, entregue los beneficios necesarios para el funcionamiento adecuado. Así es, comer y alimentar no es lo mismo, empezando porque el primero es facultad de los seres vivos y lo segundo, puede hacerse incluso a una máquina; comer implica el proceso de digestión, alimentar, no.

Se puede hacer un símil con la lectura (algo que tiene que ver con muchas cosas además de las letras) pues en este caso, comer tiene que ver con la visión dirigida, es decir, con mirar y observar, acciones que requieren de aprendizaje y entrenamiento en los que también se puede presumir de gourmet cuando se logra cierto grado de especialización. Alimentar los ojos se hace en cuanto se abren los párpados, es inevitable dado lo involuntario de la acción; la discriminación de imágenes (especie de digestión para obtener colores, formas, dimensiones) se logra cunado fijamos nuestra atención en un punto específico, es decir, miramos hacia lo que más nos atraiga en cualquier momento del día.

La utilidad se obtendrá en cuanto comencemos a observar, tal información nutrirá a nuestro cerebro de tal manera que el ejercicio de las sinapsis será como patinar en hielo. Cierto es que, no cualquier imagen así como no cualquier alimento, brinda los nutrientes que requerimos para un buen funcionamiento. En gustos se rompen géneros, podrían argumentar, lo cual es cierto pero no me negarán que el sabor no lo es todo en la vida -aunque sí algo muy importante-; leer a los clásicos es tan gratificante como leer el libro vaquero, pero el beneficio entre ambos dista tanto como consumir una sopa de verduras o una bolsa de frituras industrializadas, la opción es lo que despierta el apetito. Salud.

Beto

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