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Servir al pueblo o servirse de él, he ahí la cuestión. Foto: BAER |
Lo bueno de la palabra presupuesto, es que se puede usar en asuntos no necesariamente económicos, ya que se puede interpretar como un supuesto previo y la temporada de elecciones provee de materiales buenos hasta para el vaticinio; si consideramos algunas ideas como base del futuro comportamiento electoral, tendremos que 1) todos los políticos se manejan de la misma forma; 2) que los dineros de los que echan mano se componen tanto de impuestos como de orígenes non santos; 3) que cada sexenio ha colocado diferentes piedras sobre el ataúd de este país en la forma de negocios casi intocables; 4) que los candidatos a la presidencia de la República ya llevan la consigna de pagar los favores otorgados para llegar ahí; y 5) que toda esa maquinaria sólo sirve para mantener las cosas como están.
Corrijo, como parece que siempre han querido que estén; es posible que la concesión que los antiguos revolucionarios dieron a la población civil haya expirado y ya tengamos que devolverles lo que creen que es suyo. Y pensar que no han pasado ni cien años del primer gobierno civil en una república que, al parecer, nunca fue más que una dictadura militar disfrazada. El circuito del transporte que se está implementando del sueste hacia el centro del país, viene dando razón de lo anterior, una tendencia que se ha venido gestando debido a las interacciones entre autoridades y asociaciones delictivas, si es que seguimos creyendo que son grupos separados, que la siguiente administración (la maneje quien la maneje) estará comprometida a completar, al menos que alguna de las contrapartes sea más fuerte que la otra.
El futuro de México se ve verde olivo moteado con rojo en todos sus rincones; el plan pareciera claro, si Claudia “gana” las elecciones, la situación seguirá gradualmente hacia la administración de la milicia, si los votos favorecen a Xóchitl, necesitará un brazo fuerte del narco para mantener el equilibrio que otrora mantenía el PRI (lo que para nada es bueno, sólo menos malo), de lo contrario, la mesa estaría puesta para un golpe de estado pretextando el clásico fraude electoral al más puro estilo pejelagártico; aclaro que no cuento con los datos suficientes para probar mis palabras, pero nada más hay que poner atención en cómo el ejército ha ido tomando posiciones en el mapa de las transportaciones del país, ganando con ello el libre tránsito de... lo que sea. Salud.
Beto
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