El divino verbo

Los ciegos saben el poder de la palabra.
Foto: BAER

Irapuato, Gto.- Lo tomábamos a broma en la universidad porque era el complemento del dicho popular que versa “verbo mata carita”, el divino verbo alcanzaba entonces la categoría arma secreta para la seducción; pero ¡qué difícil era alcanzar un nivel óptimo en la oratoria que nos hiciera medianamente atractivos a los ojos femeninos! No por falta de capacidad o conocimientos, sino por la vigilancia particular de ese sentido crítico que nos impedía cometer errores o decir tonterías sin sentido, lo que parecía funcionarles a los demás por lo que nos conformábamos con explicarnos que si ellas hacían caso de esos discursos huecos, entonces no valían la pena. El ardor era mucho, por supuesto, pero en algunos casos sí nos salvamos, con ese argumento, de relaciones verdaderamente intrascendentes.

Creo que no fuimos los únicos en darnos cuenta de que los buenos discursos abren puertas o lo que deban abrir; los publicistas hacen uso de palabras clave para llamar la atención hacia productos determinados y, a pesar de prohibiciones y anulaciones, hacen gala de mucha imaginación para trabajar con los que les quedan; posiblemente recordarán algún anuncio impreso, audiograbado o videograbado, algo así como pingüinos surfeando en un mar de crema pastelera o un automóvil elegante conducido por un camino arbolado con hojas esparcidas a los lados narrado con la voz de Claudio Brook o un ama de casa orgullosa de haber encontrado la solución al cochambre pegado en las paredes de la cocina y lo que tienen en común todos ellos es que el discurso que manejan es la eterna promesa de que todo estará bien.

Es un término sacado de los textos religiosos que se ha mantenido gracias a la ambigüedad en su uso ya que la parte mística de la “palabra” se ha ido diluyendo conforme la información y la tecnología -y el tránsito de la primera por la segunda- o debería decir, con el avance de la ciencia, aunque algunos canales de dudosa procedencia afirmen que ésta se ha estado encargando de la búsqueda de dios o de afirmar que la NASA buscó imágenes en los ojos de la virgen de Guadalupe; por supuesto, se trata de canales auspiciados por grupos religiosos lo que representa de fondo una contradicción. En este sentido, habría que apelar al sentido metafórico de las escrituras y pensar que el germen de cualquier creación está en el nombrarlo, si es que hablas en inglés y la acción si es en español.

Para el mundo de la política encontramos la tergiversación en la intención original puesto que pareciera que, a mayor rebuscamiento, más aceptación de la figura que expone la palabra, del lado contrario están los que creen que abaratando el lenguaje, hay un mayor acercamiento al pueblo, lo que en el fondo significa que el mismo pueblo sigue siendo esa masa que se alimenta de porquerías, así que no importa lo que se le tire por debajo de la mesa, se tragará lo que sea. Puede ser cierto ya que hemos sido testigos de los resultados en este sexenio cuyos inicios se sentaron en promesas que evidenciaban poco interés en cumplirlas, acusaciones huecas y sentencias que estaban lejos de ser ciertas, se habían mostrado así en campaña (eterna como ella sola) y se mantuvo de la misma manera todos estoa años. No hay razón. Salud.

Beto