Una idea de izquierda

Ni con la revolución supimos lo
que debe ser la izquierda. Foto: BAER

Irapuato, Gto.- Sigo pensando que el sistema de salarios es un robo, legal, pero un robo al fin; hay una razón para mantener a la población mayoritaria sumida en una competencia infructuosa para sí misma que es, mantener el ritmo de vida de unos cuantos y eso debe ser así porque de otra forma, dentro del capitalismo, sería imposible que siquiera nos hubiéramos enterado, como especie, de los posibles avances tecnológicos que se alcanzan acumulando riqueza, al menos con la velocidad con la que se ha dado. Los entusiastas del socialismo dirán que la Unión Soviética logró lo mismo en un sistema técnicamente más igualitario, con la salvedad de que eso nunca fue socialista sino un capitalismo de gobierno disfrazado y de la igualdad... dejar a la mayor parte de la población en la pobreza para mantener a la élite, pues tengo mis dudas.

¿Qué es un capitalismo de estado? La idea de que el estado es el propietario de los medios de producción (ojo, no se mencionan casa habitación ni medios de transporte) se basa en la idea de que deben proveer riqueza a todos los participantes según su trabajo pero, la remuneración obtenida debe ser suficiente para cubrir sus necesidades básicas totales y en un nivel proporcional, las suntuarias, lo cual cayó en una interpretación errónea en los países del bloque pseudo socialista porque mantuvieron a la población en una miseria igualitaria mientras la riqueza servía a una élite mantenida en la opulencia junto con los voceros propagandísticos del régimen como lo fueron científicos, deportistas y artistas de primer nivel, dejando en la ambigüedad los términos Estado y Gobierno.

Pero, ¿qué tal si en lugar de haber despilfarrado recursos en medios propagandísticos, hubieran apostado por fortalecer la economía de sus habitantes en la forma de cooperativas sin que interviniera el paternalismo gubernamental? ¿Qué hubiera pasado si en cada población se hubiera impulsado la producción y el consumo en pequeñas o grandes comunidades donde la participación fuera proporcional al trabajo? ¿Y que tal si sus universidades hubieran sido productoras de creadores y empresarios en lugar de formarse como simples aparatos ideológicos? Posiblemente la competencia hubiera sido más sana y con una mejor visión de la vocación de la tierra, la industria y la educación sin necesidad de oprimir a la población con la táctica de la carencia.

En México ya hemos tenido unas probaditas de esa idea trasnochada de socialismo, que en realidad es un populismo rancio que está a un paso de ser un autoritarismo total; si las cosas van a desarrollarse en el mismo tenor con un concepto erróneo de austeridad, tendremos que aplicar la táctica de consumo inteligente tratando que los flujos de proveeduría de productos básicos y de transformación no se corten, para lo cual, las alianzas con otros estados de la República resulta imperioso, por ejemplo con Querétaro y Jalisco que no pertenecen al bloque de morena. A nivel de economía doméstica, las pequeñas sociedades de consumo podrían ser la alternativa para evitar el desabasto y poder controlar mejor los flujos de efectivo. Salud.

Beto