lunes, 4 de agosto de 2025

Era broma

El dibujarlos nos crea una fantasía
de control. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Por la imagen. Seguramente lo escuchamos y aprendimos casi de inmediato a ver borregos en las nubes, después aplicamos esa sabiduría en algunos otros lugares como cúmulos de basura, pacas de alfalfa, cajas encimadas u otros objetos que hicieran referencia a cosas conocidas que nos significaran lo que conocemos; cuando presumimos el desarrollo muscular resultado de rutinas de ejercicio decimos que tenemos «conejos», debido a la forma redondeada que presentan, semejante al lomo de esos roedores y cuando queremos bromear con quienes los tienen relativamente pequeños, les decimos que en realidad lo que tienen son «ratones». Quién iba a imaginarse que precisamente la palabra músculo deriva de «mus» que significa ratón; acabo de matar inmisericordemente una broma.

2. Hipertrofia. Si me permiten el término, hemos «industrializado» el desarrollo muscular, no queremos ser fuertes solamente, sino impresionar con los tamaños que podemos lograr y eso es lo prioritario, el tamaño, la armonía y la simetría aunque importantes en una competencia, pasan a un segundo plano normalmente; salvo por los profesionales y los aficionados realmente interesados en el fisicoculturismo, quienes se inician en esos menesteres, no presentan de inicio un plan adecuado a sus características antropométricas, los que sí son inteligentes y después de algunos intentos fallidos, buscarán la asesoría de un entrenador para lograr sus metas, un acuerdo que durará poco porque relativamente pocos se ajustarán a la disciplina, lo que los instructores saben.

3. A la tecnología. Es posible que hayamos escogido la imagen del roedor por otras características además de su redondez ya que esas criaturitas suelen colarse por todos lados necesitando nada más que un resquicio para pasar; llegaron hasta nuestras mesas de trabajo haciéndose indispensables para algunos de nosotros, pues podemos mantener la actividad en la otra mano mientras estamos frete a una pantalla. Su tacto es el indicativo de que estamos conectados con la máquina aparentando que hace nuestra voluntad cuando en realidad es una relación simbiótica en la que debe haber cierta calibración para que ambos apuntemos hacia un mismo lado, el cual es generalmente, la producción de algún tipo de mensaje ya sea textual, auditivo o visual. Ratón y mano ejemplifican tangiblemente, lo que la cibernética es.

4. Simplemente roedores. También han sido motivo de fantasía en cuentos y películas, varios de ellos muy famosos como Miguelito, el súper Ratón, Jerry, el ratón Vaquero, los costureros de la Cenicienta, el de los dientes, Chefcito de Ratatuille, Bernardo y Bianca, Dally, Topo Gigio y todos los que a ustedes se les pueda ocurrir, ahora bien, ¿por qué tenemos tal fascinación por esos animalitos si lo primero que se nos ocurre cuando descubrimos que uno se coló en nuestras casas es matarlo? No recuerdo que les hayamos dado más utilidad que la de mascotas o como sujetos de laboratorio, pero nada más; el caso que hayan servido para la creación de historias en la literatura, no les quita que, cuando presentan un crecimiento poblacional desmedido, se conviertan en una plaga. Salud.

Beto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué implica creer en nosotros?

Habrá preocupaciones, pero no podemos dejar que nos dominen. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. I r contracorriente. Parece más una leyenda urban...