lunes, 28 de julio de 2025

Candados sociales

Todos sabemos, más o menos,
los alcances que tenemos. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. 1213. La búsqueda del control es sana cuando se trata de mantener dentro de ciertos márgenes coherentes y legales las propias pasiones, sin embargo, cuando se trata de controlar a los demás, hay ahí algo enfermizo y hasta adictivo. El siglo XIII marcó una pauta cuya intención inicial fue sondear lo que sucedía en las cortes europeas pues no olvidemos que la mayor parte de los reinos medievales se habían formado para atacar o defenderse unos de otros, las alianzas se sostenían con pinzas y uno de esos reinos funcionaba cono árbitro, pero además debía protegerse a sí mismo, que era la iglesia católica, para lo cual instituyó un nuevo sacramento, la confesión. Con los problemas que produjo en sus inicios, se le puso el candado de la secrecía.

2. Siglo XV. Como la idea de que el poder social y político emanaba de la divinidad y el depositario de éste era necesariamente el rey venía cayendo de la gracia de varios libre pensadores, debieron buscarse razonamientos que desmintieran esa versión y afirmar que en realidad el poder emanaba del pueblo, con la salvedad de que nunca sacaron a Dios de la ecuación, lo cual en esencia no es malo tratándose de la parte espiritual, sin embargo, tratándose del poder terrenal que es la iglesia, la autonomía de las naciones siempre ha tenido sus bemoles. Alguien debía ceder y en los años del siglo XVI, después del brutal golpe de la razón, ésta tuvo que frenar un poco su ímpetu porque la conciencia científica también está impregnada de cierta ética clerical.

3. De Constantinopla a París. Las reformas, como los simples cambios, presentan estructuras de pensamiento similares entre sí, la búsqueda de un mejor método, mayor beneficio y adeptos al por mayor, lo cual requiere de un único organizador que presenta dos opciones de conducirse, organiza y actúa interviniendo en el proceso volviéndose con ello un dictador que impone su punto de vista u organiza y permite que los demás actúen, libres de optar por lo que crean mejor dentro de los parámetros del plan establecido; en la primera opción (la más extendida por cierto) nos encontramos con una estructura burocrática, contrario a lo que pudiera pensarse, lógica si se supone que requiere de un apoyo muy grande para imponer sus ideas, mientras que en el segundo, la confianza en los subalternos hace que se requiera menos gente.

4. El conocimiento, ¿para qué? Esta pequeña especie (con ínfulas de titanes) se ha esforzado en aprender a mantenerse en este pequeño planeta, aunque a veces se haya comportado como la plaga que es hoy, debemos aceptarlo, le hemos provocado más eccemas al mundo en doscientos años, que en todos los milenios anteriores. La acumulación de sabidurías locales, ha venido a formar un respetable conocimiento, mucho del cual tenemos al alcance de la mano, invirtiendo cada día menos tiempo y esfuerzo, pero esa cantidad de información es inversamente proporcional a las ganas que tenemos de consultarla. Por desgracia, la tradición nos dice que sólo la usamos para pasar exámenes o, en el mejor de los casos, para crear contenidos de diferentes calidades, dependiendo del talento de cada uno. Salud.

Beto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Espejismos económicos

Una escena así, ahora es impensable. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. M al de muchos. Hace días, en uno en uno de esos canales de You Tube que ...