jueves, 25 de noviembre de 2010

A las prisas

No tengo de ninguna manera obligaciones que me absorban el tiempo completamente, tampoco soy tan descuidado como para perderme en mil y un cosas que hacer, pero los minutos se me escapan entre las manos inmisericordemente. Así pues, apenas me di un momento para escribir estas líneas y lo más sencillo es echarle la culpa a la red. Debí publicar temprano pero no se pudo.
No sé que es lo que ocurre, las páginas no aparecieron, las ventanas no se abrieron o abrieron muy lento que parecía que se accionaban cuadro por cuadro, (está por iniciar el partido de la Trinca), uf, no hay cabida a esperas inútiles. Algunas veces quisiera que las cosas funcionaran como reloj suizo; claro que no caeré en las fórmulas comunes de que este país así es, que qué esperaba de México si todo funciona en tiempos irregulares, que servir a la patria tiene diferentes significados según el estado de ánimo de quien la hace caminar.
Lo que entiendo es que, en estos días en que la tecnología me ha recordado que soy un simple mortal que dejó en manos desconocidas la publicación de este humilde trabajo, estamos a unos pasos de ser una sociedad dependiente al cien por ciento de chips y megabits; toda nuestra información quedará parada en cuanto a algún servidor electrónico se le ocurra descansar o ponerse en huelga. Por supuesto, para nuestras iniciativas y don de adaptación, esto sólo nos proporciona un campo mayor de cultivo de pretextos. Ya empezó el juego, nos "vemos" luego si Santa Internet así lo quiere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Espejismos económicos

Una escena así, ahora es impensable. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. M al de muchos. Hace días, en uno en uno de esos canales de You Tube que ...