Los momentos forzados que tuve para reflexionar, me abrieron algunas posibilidades de establecer puntos de vista distintos a los que tenía cuando me sentía sano. Desde las nubes hasta la corteza terrestre dejan de obedecer a las leyes naturales para convertirse en esclavos de mi voluntad. Y mi voluntad dicta que se formen de dos en dos para que pueda rebautizarlos.
Es más, no sólo les cambiaré el nombre, también haré que reaccionen de distinta manera a como lo han venido haciendo en los últimos miles de milenios. Estoy imaginando una lluvia púrpura con nubes rosas y ríos naranjas. Montañas tan suaves que tengan como follaje una mullida capa de merengue. Carruajes vaporosos donde la brisa refresque las sienes tan sólo con un simple guiño del ojo izquierdo.
Fiestas campestres con árboles frutales que floten al revés para que no haya dificultad en tomar las manzanas, peras o lo que sea de temporada. Correr por veredas que lleven a lugares igual de coloridos donde los más jóvenes dediquen su tiempo a la contemplación de las estrellas.
Todo con fondo musical de "The Mamas and the Papas", Sony y Cher o John Lennon; todos tomados de las manos y haciendo... maldición, cada vez las medicinas contra la gripe me producen efectos más raros. Salud ¿dónde te has metido?
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