Laboris intrepidum

La sensación de haber hecho una travesura me invade al grado de disfrutarla como tal; aún no sé qué efecto haya tenido lo que escribí en el blog de la revista de la escuela, pero me parece que cumplí con mi deber de librepensador. Algunas veces hay que saltarse algunas trancas para poder acceder al lugar que te toca en esta vida. Y algunos lugares son algo incómodos.

Viene a mi memoria la vez en que al estar trabajando en presidencia municipal de León, me encargaron la realización de tres números de la revista interna, algo que en lo particular me gusta mucho hacer. La edición llevaba unos dos meses de retraso, así que urgía que saliera para que no le cortaran el presupuesto. Puse manos a la obra y dediqué todo el tiempo posible a la elaboración de dichos números.

Llegó el momento en que había que llevar los originales a la imprenta pero como no habíamos coincidido mi jefa y yo en la oficina, pues no los había revisado, por lo que quedaba aún menos para que la edición estuviera a tiempo, así que decidí llevarlos por mi cuenta. No tuve la suerte de que confiaran en mí, ya que tanto la diseñadora de la imprenta como mi jefa eran un tanto cuanto aferradas y controladoras, así que la primera llamó a la segunda. Quedé como un irreverente.

El resultado fue que de todos modos detuvieron todo y el argumento de que me habían contratado para que la edición saliera conforme al plan, se vino abajo. Aunque se convencieron de que lo había hecho bien.

Gajes de un oficio supeditado al capricho de las relaciones que se tengan y yo no tenía alguna fuerte en ese entonces... como ahora. Lo que me hace recordar, espero que mañana aún siga teniendo empleo. Si tienen oportunidad, revisen el blog http://viasuiirevista.blogspot.com y opinen sobre si me pasé de rosca o no. Salud sin sindicato.