viernes, 8 de abril de 2011

Tímpanos al aire.

¿Dónde se meten los directores artísticos cuando más se les necesita? Mi costumbre de despertar musicalmente se ve todos los días asaltada por notas que nada tienen que ver con el buen gusto. Bueno, ni siquiera con algo coherente. Por desgracias, ayer puse atención en lo que estaban transmitiendo, ya que mi hora de entrada es a las nueve de la mañana los jueves.
De pocas cosas me he tenido que arrepentir y debo aunar dos melodías que me fleté completas; la primera, que identifiqué porque estoy seguro que la han programado todos los días, versa sobre un tipo que, orgulloso de ser pobre, asegura en su letra que no tiene "plata" pero sí "cobre". ¡Y vaya que lo enseña!
Orondo por su afirmación, llega a los límites de la inventiva al comparar dos fenómenos físicos como si fueran similares, por supuesto, con un pequeño detalle sin importancia: "te haré volar en el aire como si flotaras debajo del agua". Y a menos que lo somnoliento que estaba al momento de su transmisión, si volar y flotar son la misma cosa, entonces la voluntad de cambiar de dirección en el aire, es nada.
Creí que flotar, refiriéndose al agua, era ascender a la superficie y mantenerse sobre ella. Tampoco la voluntad tiene que ver cuando vemos a los peces dirigirse a algún lado. En el segundo bodrío que tuve en suerte esuchar, reconocí una vez más la práctica actual de fusilarse canciones viejas; dentro de la grabación, el presentador presume de dar el paso a quien ostenta el epíteto de "El rey del retro", eufemismo para identificar a alguien que, al parecer, no tiene ni la inventiva ni el apoyo económico de producir algo nuevo.
La melodía en cuestión es una producción de los setenta llamada en español "¿Por qué nos dijimos adiós?", "Why did we say goodbye?", in english. El problema no es ése, la verdad lo que me produjo urticaria en los tímpanos fue el escuchar en uno de los versos "tú me dijistes adiós". ¿Es justo?
Pensé que se había inventado el empleo de personas dedicadas a la vigilancia de las producciones, artísticas o no, para que no se cometieran estupideces como las anteriores. Señores, el hecho de se capaces de unir dos palabras o de cambiar el tiempo de una canción, no los convierte en viables para vender canciones. Piensen en los que queremos despertarnos con música, pero que la estación que acostumbramos no está disponible a las cinco de la mañana. De antemano, gracias Exa. Sin salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Espejismos económicos

Una escena así, ahora es impensable. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. M al de muchos. Hace días, en uno en uno de esos canales de You Tube que ...