El trajinar no terminará con su llegada. Foto: Baer. |
Reinicio y no lo creo; pensé que mi ausencia por más de un mes se prolongaría indefinidamente (aunque nunca avisé que me ausentaría), pero como están las cosas, creo que podré seguir diciendo toda la sarta de tarugadas sin que eso melle en el ánimo de nadie. Total, los que cometemos errores sin que eso implique una emergencia nacional, somos más.
Y si de errores mayúsculos hablamos, las siete buenas intenciones de Peña Nieto para mejorar la calidad de vida de nosotros, los simples mortales, me parecen más un intento romántico de querer congraciarse con nuestro muy dolido estado de ánimo, cuya incredulidad crónica raya en una paranoia rampante, difícil de tratar con paliativos.
Lo de menos es que no las cumpla, sino que sería la enésima vez que un gobierno -no importa el color- deje de hacerlo; cada una de las propuestas con más o menos detalles, las han repetido nuestros gobernantes desde que tengo uso de razón y no hay manera de que puedan probar que se hayan cumplido, pues no hay resultados que los avalen.
Ya vienen los reyes magos, quizá ellos sí puedan ayudarle al presidente a realizar esas siete propuestas. Espero que tengan el tiempo para ello, ya que con las entregas que deben realizar, estarán tan atareados en cumplir con los meses sin intereses que, seguramente, utilizaron para entregar los juguetes que se les pidió. Yo ya puse mi zapato. Salud.
Beto
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