La medición de los niveles de audiencia podría ser otro factor. Foto: BAER |
Imagino que a algunos de ustedes, mi querida decena lectora, les habrá picado el gusanillo de la curiosidad por saber cómo se hacen los programas de radio o de televisión; con el arribo de las nuevas tecnologías y su democratización, varias de sus dudas habrán quedado saldadas, si no es que todas. A la fecha es posible darse cuenta de cómo se realizan por la simple observación de los contenidos en la red que van desde las producciones simples con contenidos variados, hasta los llamados tutoriales.
La inclusión de un video en la red tiene como principal plataforma a Youtube. Con algunas más o menos simples directrices, es posible cargar contenidos con cierta regularidad sin problemas aparentes, salvo la espera pues se toma su tiempo, además, es gratis. Por su parte, el audio presenta mayor dificultad, no sé si para compensar su facilidad de producción o porque los dueños de las plataformas piensen que el sonido sea más peligroso que la imagen en el presente esquema de censura velada.
Si no es por eso, no entiendo cómo es que un archivo que notoriamente tiene menos peso, por lo cual ocupa menos espacio de red, requiere de tanto trámite incluyendo una renta. Una opción pudiera ser el elitismo, pues cuando realicé mi búsqueda por espacio en donde alojar una idea que tengo desde hace tiempo, vi que la oferta de audio más relevante proviene de gente famosa, hecha en los medios tradicionales y por ello, quizá los administradores de estos espacios deseen mantener esta tendencia.
Por la razón que sea, la democratización de los medios electrónicos y su evidente expansión en cuanto a creadores de contenidos, ha priorizado a la imagen en movimiento por sobre el sonido y otras formas de expresión; quienes tenemos como primer herramienta a la palabra, debemos tomar en cuenta pros, contras, así como la pertinencia de incluir otras formas de lenguaje a la hora de querer dar el salto a producir video o audio, principalmente por la facilidad de difusión. Salud.
Beto
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