lunes, 12 de abril de 2021

Corregir la corrección

Al menos no me ha tocado escuchar en el súper
a alguien pedir “un litro con leche”. Foto: BAER

Existen partes del conocimiento popular que se han ajustado a los tiempos y sentires de la población, algunas veces reafirmando su pertinencia y otras, descalificando totalmente las oportunidades de su uso; francamente creo que mucho tiene que ver cierta irracionalidad al momento de aceptar una moda correctiva de expresiones que, si bien no fueron sujetas a un estudio científico para analizar su viabilidad, tampoco se pensó lo suficiente a la hora de descalificarlas. En este momento se me ocurren dos ejemplos de expresiones que por algunos años se han censurado de alguna manera por considerárseles incorrectas casi en automático y sin miramientos.

La primera tiene que ver, creo, con un intento de mantener cierta conciencia de lo que consideramos la realidad que resumimos en un contundente “el hubiera no existe”; debo empezar diciendo que Platón estará retorciéndose en su tumba, con mayor razón viniendo de un país que basa mucho de sus creencias en un mundo ideal dominado por las posibilidades y, por ende, el hubiera. Unas posibilidades que existen porque ya se les pensó  y que, como cualquier idea, sirven de referencia para comparar o analizar el pasado y prever o planear posibles futuros, de lo contrario, no tendría sentido mantener prácticas científicas como la historia o la administración.

La segunda expresión me ha dado la oportunidad de sostener algunas discusiones rescatadas de lo bizantino, ya que no tiene más mérito que el simple ajuste gramatical-semántico de la afirmación “vaso de agua”; los argumentos en contra de su uso y la sustitución por “vaso con agua” refleja únicamente la no consideración de los significados de las preposiciones “de” y “con”. Debo aclarar que ninguna es incorrecta, sólo que la primera, al referirse no a la cualidad sino a la cantidad, es más específica que la segunda, puesto que un vaso que con-tiene agua varía desde una simple salpicadura hasta estar lleno al borde, es decir, un vaso es una medida.

Lo importante no es que debamos o no adoptar alguna expresión, sino el saber dar razón del porqué preferimos una sobre la otra y detenernos a pensar si es prudente descalificar su uso; lógicas hay muchas y, por lo mismo, las formas de expresión que utilizamos merecen la pena de verificar si lo que una moda nos ofrece al respecto tiene la suficiente razón de ser, pues sin el hubiera no existiríamos los escritores y sin los vasos de agua correríamos el riesgo de aplicar en una posible receta para hacer un pastel la misma corrección y echaríamos una taza con harina en la mezcla. Pobre de aquel que le tocaran los trozos de la taza. Salud.

Beto

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Espejismos económicos

Una escena así, ahora es impensable. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. M al de muchos. Hace días, en uno en uno de esos canales de You Tube que ...