lunes, 5 de abril de 2021

Dispersión productiva

La importancia de que no se cierre
el mundo. Foto: BAER

Es sólo la continuación de la primera edición pero la emoción en igual a la de la vez que inicié el proceso de encuadernación; espero que el impresor que tuvo a bien grabar, editar y publicar los vídeos con los que aprendí siga vivo, pues tengo pendiente el enviarle un mensaje de agradecimiento con una foto de lo que pude hacer con sus enseñanzas. Ojalá que el traductor de Google haga justicia a lo que quiero expresar, porque de italiano no sé más que el “buongiorno”. Lo mejor de todo es que, con el trabajo, quedan atrás las artritis anímicas y las colitis mentales, así que ya no hay riesgo de que se me apelmacen los pensamientos ni que la defeque cuando hable.

Aunque no hay garantía absoluta, al menos no la regaré tanto comparado con lo que escuchamos a diario en los medios. En fin, por lo pronto, también se ha convertido en un ejercicio de memoria, pues he tenido que adaptar unos pasos del proceso a las herramientas con las que cuento, la mayoría hechas con los materiales sobrantes del trabajo y otras con trozos de lo que alguna vez fueron muebles; el chiste es sacar el trabajo lo mejor posible explotando la idea de lo artesanal como atractivo, aunque me veo muy finolis con algunas piezas, por ejemplo, los cabezales (o guardapolvos) están hechos con papel amate, de un pliego que iba a utilizar para una ilustración.

El siguiente paso debe ser, por fuerza, el mejoramiento de los procesos, ya sea con las herramientas existentes sacándoles un provecho mayor o, con base en presupuestos, adquirir mejores utensilios (que no sean hechizos); haciendo un recuento de la mañana, hasta me aventé la puntada de retocar el corte de pelo que inicié el martes pasado. Lo que tiene uno que hacer para ahorrar algunos pesos, pero los tiempos así lo están marcando y seguramente todos andamos en la misma búsqueda en mayor o menor medida. Algo que los no pensionados entendemos muy bien, es que la persecución de la chuleta va a ser una práctica que durará hasta que las facultades nos abandonen.

Eso sí, fiel a mi indisciplina, estuve plegando, pegando y cortando parte de otros ejemplares del libro mientras, en las pausas que impone el secado del pegamento, escribía estas líneas. Por si lo pensaron ¡claro que estoy presumiendo! Pero no de grandes facultades para hacer varias tareas, sino de lo divertido que suele ser no amarrarse a una, con lo cual se pueden encontrar formas de evitar el tedio, aunque es posible que lo único que suceda, es que esté disfrazando un poco cierto déficit de atención, como cuando los maestros de la prepa, decían algo que me recordaba una situación y entonces solía emprender el vuelo por la ventana que daba al parque. Salud.

Beto

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Espejismos económicos

Una escena así, ahora es impensable. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. M al de muchos. Hace días, en uno en uno de esos canales de You Tube que ...