lunes, 27 de septiembre de 2021

La libertad es una conquista diaria

Como en una balanza, nuestras decisiones
dirán lo libres que somos. Foto: BAER

Irapuato, Gto.- Quizá deba plantearlo de otra manera: a diario decidimos a qué esclavizarnos; damos por hecho que la libertad es un estado cuando en realidad es un ejercicio de palabra y obra. Por su dinamismo, no somos libres sino que estamos siendo libres, una gran diferencia que podría quedar más clara con la parábola de los talentos atribuida a Jesús, pero en el camino de la libertad nos topamos con objetos o eventualidades que nos distraerán de los propósitos en los que nos alineamos para servir a los demás. A veces entendemos la obligatoriedad de algunas actividades como el impedimento a ser libres, sin tomar en cuenta que el ejercicio libre se dio al momento de optar por esa actividad en lugar de otras, ya sea en el momento mismo o como resultado de otros eventos.

Como en todo, por supuesto, también interviene la responsabilidad como complemento, entendida ésta como el asumir las consecuencias de cualquier autoría material o intelectual, por enfrentamiento o por discriminación. Hay quien afirma que es más lamentable salvarse por no participar que condenarse participando. La cantidad de experiencias que un individuo pueda acumular, dará luz sobre lo libre que ha vivido pues por así decirlo, asumió las consecuencias sobre las opciones que no eligió. Porque el “hubiera” sí existe, nada más que se afirma lo contrario como advertencia de que debemos aceptar aquello por lo que optamos sin perder el tiempo en lamentaciones banales por lo que no.

La libertad es como el ciclismo (o cualquier otra práctica), no se es ciclista sino cuando se está trepado en una bicicleta, antes o después de eso, sólo se trata de una presunción; ser libre necesita comprobarse diariamente, desde el elegir respetar o no a los demás botando una bola de papel en la calle o buscar un bote de basura. Como valor universal, sólo se expresa en función de los demás en cualquier nivel, esto es, no significa que pueda hacer lo que se me venga en gana sin importarme si afecto a otros. El ingrediente de la verdad no trata sobre el andar anunciando lo que se va a hacer o a confesar lo que se hizo, sino el ser auténtico en todo lo que se emprenda procurando el bien común.

Ahora bien, esto último en es que nos pasemos todo el tiempo sirviendo a cuanto transeúnte se nos cruce en el camino, a veces es suficiente el no obstaculizar las acciones de los demás o como diría la sabiduría popular “mucho ayuda el que no estorba”. Se debe estar abierto a las posibilidades de intercambio de ideas o cambios de perspectiva pues ello permite el ejercicio de la imaginación, nada más libre en este mundo y, por muy contradictorio que parezca, optar por la libertad ya sea propia o ajena, es una obligación pues su ejercicio impide que nos atemos a pensamientos míticos, en otras palabras, ser libre es un oficio que requiere de entrenamiento so pena de que si no se realiza, nos volvemos inútiles. Salud.

Beto

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