lunes, 28 de marzo de 2022

El kratos de escritorio

Al cabo que ni quería. Foto: BAER

Irapuato, Gto.- No nací para andar criticando el trabajo de los demás a menos que sus áreas de empleo estén insertas en el arte, la comunicación o la política y de esta última, suelo reservarme mis opiniones más cruentas; en lo que respecta a la burocracia, nunca he entendido la lógica con la que funciona (o realmente no lo hace) dado que al parecer se basa en recibir el mismo trabajo que debería hacer pero que realizamos los demás. Me explicaré, cada vez que necesitamos inscribirnos en algún ejercicio ciudadano sea éste poner un negocio, aspirar a un empleo o ejercer el voto, el trabajo de compilación de documentos, aprobación de los mismos y sus respectivas copias lo tenemos que hacer los usuarios. Hace algunas décadas era lógico pues no existía la posibilidad de la inmediatez por conectividad, pero ahora...

El tema complementario de la caducidad de dichos documentos, que es en realidad la razón de este escrito, hace dudar de la capacidad administrativa de los funcionarios a cargo pues, a menos que haya un cambio radical en nuestros cuerpos o nuestros cerebros que distorsionen nuestra fisonomía o salud mental, no encuentro la razón para que dependan del tiempo para su validez. Un ejemplo claro es el acta de nacimiento, documento que sólo hace constar que nacimos, tenemos padres y que eso sucedió en algún lugar determinado; que yo sepa, eso nunca va a cambiar por lo que es absurdo que se pida en cualquier trámite con menos de tres meses de expedición, como si el planeta o los humanos mutáramos de pronto.

El caso de la credencial de elector lo entiendo en cuanto a que es un documento que va acompañándonos durante nuestra vida, por lo que es una constancia de que vamos cambiando -y por aquello de las decisiones extremas de optar por otra imagen- además de que su objeto principal sí se trata de registrar eventos específicos, lo cual es claro aunque el haberle dado el estatus de identificación me ha parecido excesivo ya que tenemos otros documentos para ello como el pasaporte y es esta parte de dicha credencial lo que la pone a juicio en este espacio. ¿De verdad se tiene un tiempo específico para renovar la credencial? ¿No es acaso decisión personal si se vota o no, por lo que también lo sería el renovarla? Al parecer no, lo que apenas acabo de descubrir.

Resulta y acontece que para el ejercicio del 10 de abril no podré votar porque tramité la credencial de forma extemporánea, algo que me resulta raro por dos razones; estábamos en el trance varias personas al las que no escuché que les dijeran lo mismo que a mí  y al señor que pasó antes que yo a la misma ventanilla), además de que me dieran el aviso inmediatamente después de haberme preguntado mi grado de escolaridad y mi ocupación. Esto me hace fantasear un poco sobre el temor que pudiera tener la actual administración por aquellos que tuviéramos una escolaridad superior y/o los que nos dedicamos a mover la pluma. Bien dicen que la verdad no peca, pero cuando se usa en nuestra contra ¡ah cómo incomoda! Salud.

Pd. La verdad es que no tienen el tiempo para actualizar el padrón, lo cual es material para otro Flagelo.

Beto

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