![]() |
La igualdad debe ser de oportunidades no de aspectos. Foto: BAER |
La idea de alcanzar la perfección por medio de la privación y posterior trance filosófico-religioso para justificar ese proceder debería ser una marce registrada de los otrora llamados países del tercer mundo pues, a pesar de todo aquello a lo que no tienen acceso, han sobrevivido a colonizaciones y explotaciones que sólo buscaron satisfacer las necesidades de los estilos de vida imperantes, por supuesto, los de las metrópolis. Predicar el ascetismo en estos lugares es como tratar de vender un cubo de azúcar a un ingenio azucarero; ¿qué centroamericano, venezolano o mexicano no sabe de privaciones? Los adinerados, claro está, pero en la región en la que más del sesenta por ciento de su población tiene como opción migrar, vivir al día es su filosofía.
Otro rasgo que caracteriza a esta franja emergente es la supuesta resignación a las bondades de la pobreza pero que en el fondo, sueña con sacarse la lotería, ser descubiertos por un empresario del mundo del espectáculo o salvarle la vida a un millonario que, en agradecimiento, herede su fortuna a su salvador... o todas juntas. Porque también hay que lidiar con la idea de la compensación, ésa en la que nos contaron que a este mundo se viene a sufrir, pero al morir gozadas que nos esperan; cabría preguntarse, si ese esquema es el bueno, ¿no estaríamos buscando ser pobres todos, incluido Slim? Algo no funciona en el mundo, pero la solución no es ni la austeridad ni la pobreza franciscana.
Tampoco está en repartir entre todos la riqueza ya producida, sino en crear las condiciones para que cada individuo tenga la oportunidad y los elementos necesarios según la naturaleza de su ocupación, para crear su propio efectivo, vivir sin privaciones y servir a su grupo social, eso sí sería socialismo. una vez cubiertas las necesidades básicas, podríamos hablar de privarnos de algo para con ello buscar la perfección. La opulencia opaca cualquier intento de sacrificio, la renuncia a todos los bienes es atole con el dedo. Si de verdad se quisiera hacer algo por la sociedad, no se ofrecerían empleos esclavizantes, sino la oportunidad de crear asociaciones con un trato igualitario y olvidarse de paternalismos. Salud.
Beto
No hay comentarios:
Publicar un comentario