lunes, 27 de noviembre de 2023

El lenguaje de la radio

La radio va de la mano a nuestra imaginación.
Foto: BAER

Irapuato, Gto.- La optimización del tiempo es importante en un medio que prescinde de la imagen para permitir al escucha tener la oportunidad de fabricarse las suyas; el epíteto de “caliente” para este medio se implementó por la actividad cerebral que genera la imaginación; cambiamos los rostros, las vestimentas, los paisajes de acuerdo a las referencias que tengamos, a las historias que nos contaron y a lo que hayamos observado en nuestro entorno inmediato. La imagen grabada a todo color, aún debe mucho de su apariencia a lo relatado con las imágenes hechas verbalmente, ahorran el trabajo de imaginar lo que sucede pero te ancla en lo que los realizadores desean que veas como su creación, dejando poco margen para el uso de nuestra masa encefálica, por lo cual se les denominó al cina y a la tv como medios fríos.

La relación que existe entre el oído y la imaginación es la que ha hecho a las mujeres principalmente lo que son, las primeras grandes contadoras de historias lo cual es lógico si imaginamos la vida de los clanes en la que debían mantener entretenidos a los críos antes de enviarlos a dormir, mientras los machos salían de caza o a la guerra. Que si tenemos a hombres frente a una fogata rodeado por diferentes miembros de su tribu escuchándolo, es culpa del cine y porque su así sucedía también, fue porque debieron aprender de una mujer, lo anterior explicaría el éxito de las radionovelas en la década de los cuarenta (y antes) en el sector femenino de la población, junto con la ventaja de que podían poner atención sin descuidar sus labores.

Otra ventaja inherente a la radio es que cualquiera que tenga un manejo medianamente bueno de su voz, puede convertirse en un personaje, su fisonomía será responsabilidad de quien lo escuche sin que tenga que invertir un céntimo en su imagen. Grandes voces han llenado la imaginación de radioescuchas a lo largo y ancho (siempre quise decir eso) del país como el Kalimán de Luis Manuel Pelayo o el Chucho “el Roto” de Manuel López Ochoa, en el mundo de la narración no podemos dejar de lado a Alejandro Aura y en nuestra ciudad al veracruzano-fresero Luis Gasca. Todos tienen en común que logran crear un ambiente en el cual todos podemos involucrarnos invirtiendo nuestros gozos, tristezas, indignaciones e intereses en los lugares y relaciones que narran.

Las introducciones de los programas hacían su parte, al momento en que su viaje por las ondas hertzianas nos permitían escuchar “Caballero con los hombres, galante con las mujeres, tierno con los niños, implacable con los malvados, así es... Kalimán, el hombre increíble”; o quizá “La lucha de un hombre que protegió a los pobres y luchó contra la injusticia, con la presentación del galán cantante cinematográfico, Manuel López Ochoa en el papel de Chucho ‘el Roto’. El pobre será menos triste si conoce la sonrisa y el apoyo de un amigo...” Producciones plagadas de estrellas como Carmelita González, Eduardo Arozamena, Luis de Alba, Ofelia de la Fuente o Queti Valdez, el narrador podía ser Isidro Olalde pero lo que no tenía precio era que a Kalimán lo interpretara... ¡el propio Kalimán! Salud.

Beto

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