lunes, 26 de mayo de 2025

La necesidad de la fama

Tener la atención del público
es como una droga. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Las compensaciones. En muchas de las búsquedas de satisfactores, lo que prevalece al parecer, es el solventar las carencias que podamos presentar no nada más en lo material, algo así como cuando satisfacemos las necesidades básicas; si tenemos hambre, comemos, si tenemos sed, bebemos y así con todas las demás; lo que respecta a las necesidades suntuarias, tienen que ver más con la búsqueda de prestigio y atención, principalmente si se ha carecido de ésta última en la infancia. Se busca ser el centro de las miradas de diversas formas, algunas legales y otras no tanto y unas de las más socorridas tienen que ver con el espectáculo, en mayor medida con el canto y la actuación, sin embargo, pareciera que ninguna de las dos basta por sí sola, ya que o se toman las dos o se buscan alternativas.

2. El ojo del huracán. Resulta cómoda la posición en la que el entorno se convulsiona atacándonos o defendiéndonos, mientras estamos instalados cómodamente en el centro de todo sin que aparentemente nos afecte; lo digo en primera persona del plural pero todos entendemos que en realidad a quienes hago referencia, es a aquellos que aspiran a la fama y al poder, que logran dividir opiniones valiéndose de su talento (en el mejor de los casos) o de artimañas propagandísticas o publicitarias dirigidas a ensalzar algún aspecto positivo propio o a denigrar a los oponentes; en lo anterior, con resultados semejantes, la política y el mundo del espectáculo tienen muchas semejanzas, dado que las competencias se dan por comparación de egos y la fragilidad que presentan ante la crítica.

3. La edad como excepción. No creo que haya un criterio tajante que establezca que deba haber una edad mínima para explotar los talentos, propios o ajenos, con fines comerciales; tampoco tenemos una escala que nos guíe para dosificar la fama y la atención que debemos recibir en cada año de actividad. Alguna conexión debe haber entre la concepción de la fama y la fortuna y la edad de quien posee el talento con la situación de quien se propone administrarlo, los tres punto son importantes debido a los posibles sobre entendidos que pudieran surgir. Hago la referencia por los eventos que, a lo largo de la historia de los niños actores o cantantes, han tenido que padecer por no tener bien cimentado un plan de crecimiento dentro de un mundo tan cambiante como es el del espectáculo y ahora, que se manejan solos...

4. Madurez intelectual. Un talento sin fundamento teórico es como una bombonera muy bonita pero sin bombones, ser maduro intelectual no significa tener un cúmulo inmenso de información del cual echar mano en cualquier momento, por el contrario, aunque parezca o sea relativamente poca, lo que importa es lo que se hará con ella. Sin tener a la mano un gráfico donde se muestre por edad y por sexo el uso de la información, podríamos especular un poco sobre las tendencias que observamos en cada etapa de nuestras vidas, parece que cuando niños, la observaríamos para poder entender lo que pasaba en nuestro entorno, lo que significaba que uno de los más grandes logros era mantener una conversación; de adolescentes, más o menos lo mismo pero para encajar y de adultos, para saber quién está en el candelero. Su majestad el chisme. Salud.

Beto

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No más que un centro comercial

Así lo vimos nosotros. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. M uy bonito, sin embargo... A poco más de tres meses del evento, creo ya haberme ganado...