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Todos debemos ser responsables de nuestra salud. Foto: BAER |
1. Cuestión de perspectiva. Ahora mismo, cuando todo ofende pero no nos tomamos el tiempo de entender los contextos, cualquier afirmación se vuelve condenable pues a todo el mundo le «queda el saco»; si de pronto, así sin anestesia ni nada, escucháramos que una actriz con sobrepeso fue corrida de la grabación de una serie (nota publicada el 16 de febrero del presente año) quizá nos desgarraríamos las vestiduras o saldríamos a las calles con pancartas de apoyo a la gorda, pero seguramente tendríamos que frenar abruptamente nuestros ímpetus al darnos cuenta de que no estamos considerando las circunstancias que envuelven el evento. Para entender lo anterior, cabe mencionar que cada situación tiene razones irrenunciables, por lo que debemos observarlas desde la perspectiva de quienes las sostienen.
2. La imagen lo es todo. La frase «como te ven te tratan» pareciera haberse hecho para los profesionales de la actuación, por cuestiones profesionales por supuesto; cuando actores y actrices acuden a una audición dependen en buen grado de su imagen, un poco por encima de su talento, algo lógico si pensamos que en un guión, las características del personaje ya se establecieron de antemano y la selección de quien ha de interpretarlo está supeditada a su vez a la interpretación que le hayan dado directores y productores. No sería coherente, en primera instancia a un hombre de dos metros interpretando a un personaje descrito como una mujer enana de cincuenta años; ya sé que van a pensar que para eso existen las adaptaciones, pero ya vieron qué pasó con la sirenita
3. Realidades alternas. Lo primero que hay que aprender al convertirnos en actores, es a separarnos de los personajes una vez que se cierra el telón o se grita el corte, por el riesgo que conlleva el «vivir» la vida de otros; hay dos ejemplos, uno que rayaba en lo patético que era ver a Verónica Castro siendo Rosa Salvaje las veinticuatro horas del día y otro trágico, pues terminó con la muerte de «El Guasón» Heath Ledger. Tampoco es sano meter la vida cotidiana en la trama que de va a interpretar, pues son personas distintas aunque se trate del mismo cuerpo; lo anterior significa que la apariencia en una producción cinematográfica o televisiva es importante en la medida en que el libreto lo exige, como pasó con el personaje de Harry Potter; por otro lado, la imposición de esas características al exterior, al publico en general, es censurable, pues se trata de ficción.
4. Así como se acordó. Por encima de cualquier argumento en favor de las causas que puedan sugerir, habría que saber bajo qué circunstancias se dio el despido o corte de la actriz, pues si al inicio presentó una imagen específica acorde al personaje para el cual se le contrató y después, por descuido presentó un aumento de peso, por contrato estaría justificado; si el cambio se hubiera dado por una enfermedad como hipertiroidismo, la justificación se daría si ella lo hubiera sabido y no lo informó a la producción, pues si lo ignoraba (lo cual resulta algo complicado), ella tendría la razón. A lo que voy es que, no se dieron a conocer en la nota, las causas de la separación y sólo se limitaron a condenar la acción sin conocer el contexto. Salud.
Beto
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