Los que entendemos nuestras limitantes sabemos que el ir contra corriente hace que la vida tenga otro cariz. Vamos por este mundo con la carga de los pendientes a cuestas preocupándonos porque no han salido las cosas como deben, ni en tiempo ni en forma. La adrenalina sube a cada minuto y los reclamos no se dejan esperar: "¿ya va a estar maestro?"; "me dijo que estaría para el sábado pasado y ya es jueves"; "me pregunta el licenciado si ya tendrá lo que le encargó". Me ahorraré las posibles respuestas ya que en su cabecita, estarán fluyendo a borbotones.
Lo malo de este ritmo de trabajo es que cuando más entretenido está cumpliendo con tu deber, de pronto se acaba esa presión y te quedas como perro en corral ajeno, sin saber qué más hacer. Entonces hay que esperar a que se junte más trabajo.
Los fines de año parecen el resumen de todos los trabajos que dejamos "para cuando haya tiempo"; independientemente de los propósitos que formulemos, sabemos de antemano que seguiremos en el mismo tenor, las cosas no están como para cambiar el estilo así nada más, faltaría menos. Mientras escribo esto, recuerdo algunos pendientes que tengo por ahí, pero como que aún no maduran lo suficiente como para que ya les meta mano. Salud.
Este... Si cuando estoy en clases, con el exceso de trabajo digo: "yaaaa quierooo vacacioneeees!"; y cuando tengo vacaciones digo: "yaaaa quieerooo entraaar a claaaseeees"... ¿Cuenta? Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. Saludos!
ResponderEliminarLicenciado tiene toda la razón, la presión sube a todo en estas fechas, el trabajo se exige casi por anticipado, o nó?? y lo personal y las cosas importantes pero no urgentes las dejamos para las vacaciones, entonces mi pregunta: ¿serán vacaciones o tiempo de hacer lo que se tiene pendiente y realmente urgente???? Para luego hacer todo el año que sigue compendio de más pendientes.
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