Elaborar pretextos se convierte día a día en un arte incomprendido; la gente común no tiene idea de la cantidad de tiempo que se debe invertir para conjuntar en una sola oración, una serie de impedimentos para realizar alguna tarea o llegar a tiempo a una cita. Los impedimentos son ficticios claro, pero hacer que juntos aparezcan como coherentes, lógicos y hasta verdaderos, resulta una obra casi titánica.
Conste que la inventiva es un recurso que se resigna a desaparecer en lo cotidiano y tiene como reducto entonces, la creación de pretextos. Admirable accionar neuronal donde lo inverosímil se vuelve casi un argumento de telenovela: "es que se me atravesó el tren, por eso llegué tarde"; "es que nadie me avisó, por eso no lo traje"; "es que tuve que ir a cuidar a mi bisabuela que vive sola en un edificio de departamentos de diez pisos".
"Es que", si lo buscamos en el diccionario, seguramente tendrá como definición: "prefijo o expresión idiomática, propia de algunas regiones de México, que implica una mentira posterior que se convertirá en la justificación de una tarea no realizada".
Los pretextos alcanzan el nivel de delirio, cuando por aras del destino, no podemos cumplir con un compromiso para con nuestro ser amado. La promesas anteriores quizá tengan corte de aventuras hercúleas, por ejemplo:
-"mi vida, por ti cruzaría un río infestado de cocodrilos hambrientos; escalaría el Everest solo; atravesaría el desierto de Sonora, todo por ir a verte".
- "Ay Cielo, qué cosas tan lindas me dices; ¿vas a venir hoy en la noche?"
- "Pues si no llueve, sí".
Con detalles así, sólo queda un pedimento por hacer, ¡que alguien me explique!
Es muy cierto...me recordó a alguien que conozco jaja...
ResponderEliminarPerdón por no leer ayer, y leer hoy pero tan tarde... Es que no me había podido conectar! Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. Es que... Ja, ja, ja, ja. Saludooos!
ResponderEliminar