En balde puse mis esperanzas de ser productivo este fin de semana; los planes de retomar la carretera y pedalear hasta que las piernas reventaran, el hacer que mi sistema respiratorio, tanto como el circulatorio se reactivara, moldear mi carácter mediante el ejercicio físico para comprobar que lo que les sucede a los profesionales es mero capricho, se fue al caño.
Primero me atrapó la televisión con su constante concierto de imágenes centellantes y acordes al ritmo que han impuesto los yupies del consumir y desechar; luego fue el convencerme de que era hora de descansar y la cabeza no entendía razones, por lo que estuve piense y piense en todo lo que me gustaría hacer en estos días sugerentes para la creación y de de clima frío.
Al final, levantarme fue un toma y daca entre las sábanas y el piso que, acorde al tiempo imperante, ponían una barrera entre mis pies y el baño. Así que, no tuve más remedio que obedecer a mi instinto de sobrevivencia y me quedé un rato más de lo esperado. Los pagos de luz y teléfono, tendrán que esperar pacientemente un momento más propicio.
Deben ser cosas de Buen Fin, pues confabulado como está con el "puente" del veinte, quiere dejarnos con los motivos suficientes para preocuparnos después de todo lo que vayamos adquiriendo conforme pasen las horas. La ventaja es que podremos postergar los pagos de mensualidades (ya que la mayor parte de las "ofertas" son en abonos) para días más cálidos a nuestros presupuestos. Salud.
Beto.
Jajaja, excelente.
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