Voluntad impuesta

A ver quién me quita la mancha ¡Joder!
Foto: Baer

Me uní sin proponérmelo, pero así salió y me la saqué; antes de que empiecen a elucubrar cochinadas, me refiero a la foto de mi dedo pintado por la tinta indeleble. No sabía que a tantos se les había ocurrido hacer lo mismo, pues yo sólo lo había visto en el muro de una buena amiga, lo cual me pareció simpático... hasta que fotos similares empezaron a salir por todos lados.

Caí en la moda pues no me animé a tomar otra de las boletas que anulé ayer, ¡ah! porque cumplí con mi amenaza a pesar de que mi opinión, como la de varios otros que hicieron lo mismo que yo, no cuente a la hora de ser declarados ganadores a los aspirantes a los diversos puestos de gobierno, por parte de las autoridades electorales.

Ya lo estarán comentando los diferentes trabajadores del micrófono, pero parece ser que sólo el 47% del electorado fue a ejercer su derecho de votar y ser botado (así), que si le descontamos los votos que a fuerza cada uno de los partidos tienen asegurados, pues se trata de los emitidos por sus propios agremiados, el porcentaje se vería un poco mermado.

Me imagino que el otro 53% tuvo mejores cosas que hacer y desencantado por todo lo que ha tenido que soportar, decidió mejor dedicarse a las tareas propias de su sexo; posiblemente algunos otros, pensaron que ver caer a la selección nacional de fútbol frente a la brasileña, tomaría mucho de su tiempo en preparativos y adquisición de avituallamientos.

O en el colmo de la mala suerte, quizá cayeron en la trampa que su cerebro les puso debido a la relación tan estrecha que llevan con el Alzheimer al confundir el simulacro que les haya hecho alguna diputada y con ello, estuvieran convencidos de ya  haber votado, como le sucedió a mi abuela en el INAPAM; cuando se decidió, ya habían cerrado la casilla. Salud.

Beto (BdI)