lunes, 29 de septiembre de 2025

Espejismos económicos

Una escena así, ahora es impensable.
Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Mal de muchos. Hace días, en uno en uno de esos canales de You Tube que se abren con una buena idea y, quizás una buena intención, pero que a veces se meten en temas que no comprenden del todo o que la concepción de ellos es incompleta, me encontré con una crítica al manejo del fútbol nacional en la que pude detectar puntos de coincidencia con lo que he venido señalando en entregas anteriores; una de esas afirmaciones está basada en el aparente conformismo de una población que parece no querer darse cuenta del engaño al que es sometida cada semestre, que nada tiene que ver con un solo equipo, sino con todo el sistema maniqueísta que impone un esquema telenovelero de buenos y malos, haciendo que para unos el ganarle un partido a esos malos, justifique toda su mediocre participación en el torneo.

2. Financiamientos dudosos. La vida deportiva del país es un reflejo de la sociedad donde está asentada; nuestra economía emergente mantiene a la mayoría pendiendo de sueldos de miseria y adaptándose a una dinámica cada día más plagada de carencias. Las disciplinas no favorecidas por el sistema, deben sacar recursos de donde puedan y ajustarse a presupuestos que para nada cubren más allá de las necesidades básicas, mientras el balompié goza de infraestructura general que sobrepasa lo técnicamente necesario, con algunas diferencias en cada institución. Si en general el país no cuenta con una base económica sólida para mantener una liga que ofrece algunos salarios estratosféricos, ¿de dónde sacan el dinero para mantenerla? Debe ser del mismo lugar que financia a la estructura política.

3. La licitud de lo ilícito. Supuestamente, la Femexfut, investiga la procedencia de los dineros usados para financiar a los equipos de la liga MX (¿o es la misma liga?), de cualquier manera, la independencia entre ambos organismos que presumen, ha traído mayor incertidumbre sobre cómo se manejan los miembros de esas organizaciones que ahora ya ni competencia entre divisiones tienen. ¿Qué quiero decir con lo anterior? Que resulta extraño que un organismo se proponga juzgar la pertinencia de admitir a nuevos miembros cuando con anterioridad había sido objeto de sospecha por nexos con el crimen organizado, por tanto, quizá no se trata de mantenerlo limpio y protegido contra la delincuencia, sino el no permitir que el pastel se reparta entre más delincuentes y con ello se diluyan sus ganancias.

4. Riqueza inmediata. Pronósticos deportivos, lotería nacional, apuestas en los casinos, algunas legales y otras posiblemente arregladas para que los supuestos premios no salgan con la periodicidad que deberían, inversiones en casas financieras cuyos movimientos son casi imperceptibles, en fin, toda una serie de «dispositivos» que prometen la obtención casi mágica de dinero, que quizás estén amañadas desde su origen ya que sería una buena forma de lavar el efectivo. Más allá del ocultarlo del gobierno, lo prudente sería ocultarlo de la sociedad en general; ¿nos hemos preguntado por qué nunca aparecen en los medios los ganadores de los sorteos? La respuesta inmediata sería «por cuestiones de seguridad» y tendrían razón, pero ¿quiénes ofrecieron los robos y asaltos para que creyéramos eso? Esa discrecionalidad nos ha salido muy cara. Salud.

Beto.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Llenos de nostalgia

El que se siente marginado, ve con desprecio
a los que supone lo ve así. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Una época, varios autores. Las letras ya no son lo que solían ser, escuché decir a mi tío Arnaldo una vez que discutía sobre libros al calor de un pozole en la navidad de 1978, yo en la antesala de la juventud a punto de tomar a fuerza la segunda parte de un año sabático, lo que menos me llamaba la atención era una discusión sobre literatura a la que no había sido directamente invitado, además, no tenía mucho que aportar cuando mis bonos habían bajado de valor al no haber accedido a la preparatoria ese año. Por otro lado, además de los nombres de Charles Dickens Emilio Salgari, Julio Verne, salieron a relucir José Revueltas, Julio Cortazar, Gabriel García Márquez, Octavio Paz y un libanés que por esos días, lejos de saber que se trataba de un poeta tardíamente apreciado, me parecía más bien exótico, Gibran Jalil Gibran.

2. Moda monolítica. Así como ese autor, en el mundo de la música la aparición casi en masa de baladistas españoles y argentinos en el cuadrante radial, crearon un ambiente coronado con un halo de misticismo popular en el que las letras, sin tener la profundidad necesaria, eran tratadas como poemas dignos de una tertulia masiva con parientes y amigos de la colonia; baladas que se impusieron en el gusto popular con base en la fuerza de la repetición y la poca crítica porque lo que privaba entonces, como al parecer ahora, era el criterio de que si era nuevo luego era bueno. Los músicos locales se adhirieron a la moda y por un buen tiempo se supo poco o nada de la producción de otros géneros, a la par de que unos como el rock, eran casi prohibidos, por lo que debían sonar en la clandestinidad.

3. La variedad vino del norte. Debe ser por la cercanía de una visión aparentemente liberadora de vida y lo lejos que se encuentran del centro de la República que, supuestamente, debería estar al pendiente de ellos por lo que las ideas de lo que debe ser la vida cotidiana se presentan a veces como contrarias a la costumbre local; cómicos, grupos musicales, escritores viajaron a la capital para dar a conocer las nuevas visiones sobre la producción cultural. Figuras como Germán Valdés y sus hermanos, Eulalio González, Pedro Infante, escritores contemporáneos de la talla de Daniel Sada, Federico Campbell, Cristina Rivera o Eduardo Antonio Parra, que han explorado la violencia en la frontera, trajeron una perspectiva única de lo que consideramos la identidad mexicana en nuestros días.

4. Acudir a extranjerismos. Tan pasajero como cualquier moda, recurrir a lo viejo ha tenido que ver con varias etapas en los hechos, como el recuperar vestimentas o música del pasado y en las expresiones, con vocablos surgidos del inglés, éstos insisto, con la intención de no crear compromiso. Los más recientes de los que tenemos registro serían «retro» y «vintage». Mirar hacia lo anterior es muy de nosotros, ya sea por nostalgia o por inseguridad, pero usar como recurso a los extranjerismos pone en relieve la poca valoración que tenemos de nuestros lenguajes desde la óptica del marginado; me explico, como pueblo, cargamos con el estigma de ser conquistados y pobres pero honrados, así que sólo nos queda usar el desprecio como arma contra ricos y sabios, por lo que nos vengamos abaratando los lenguajes y el idioma. Salud.

Beto.

lunes, 15 de septiembre de 2025

Motivos de novela

En cada rincón de nuestro espacio,
existe un personaje. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Los famosos por conveniencia. La fama no funciona con plantillas que señalen los beneficios a la humanidad, sólo hacen hincapié en los rasgos que ponen en relieve al entretenimiento; siempre nos será más conocido un actor, una cantante o un comediante que un científico del CINVESTAV o un catedrático de la UNAM, la razón de ello parece obvia, sin embargo, las explicaciones al respecto son escasas y erráticas generalmente; si transitamos por razones como «la ciencia es aburrida», estaremos perdiendo de vista que es más sencillo aburrirse con malas canciones (que abundan) que con una buena teoría científica. Es posible que el secreto esté en cómo se cuentan las cosas, pero la ciencia es divertida como se puede constatar en varias páginas en la red dedicadas a la divulgación de teorías dirigidas a mejorar nuestra existencia.

2. Los de fama ocasional. Hay famas emergentes que pudieran servir de distractor de un público ávido de novedades y como respiro para los famosos de planta, como fueron en su tiempo Franco, Locomía o los Chamos, por citar a cantantes que lograron colocarse en el gusto popular por un corto tiempo; en la literatura es más difícil categorizar de esta manera a los escritores porque suele sucederles lo que a Juan Rulfo que con dos textos, sigue vigente en la cultura popular. Si contamos a los escritores ficticios, tendríamos la contraparte en la que su obra ni siquiera está en un segundo o tercer plano, simplemente parece no existir como es el caso de Rick Castle, protagonista de la serie de televisión que lleva su nombre, es decir, los motivos para crear una novela o serie, aparecen con el más mínimo pretexto.

3. Los de interés propio. Para los que queremos dedicarnos a la pluma, es de suma importancia encontrar a los personajes que llevarán a cabo las acciones de nuestra trama, si éstos están sacados totalmente de nuestra imaginación, podemos hasta hacerlos volar si la historia así lo permite, si están basados en personar reales, las limitantes las pondremos en esas características que nos llamaron la atención, sin embargo, cuando se trata de una biografía, nuestro interés debe ser totalmente coherente con los gustos, las costumbres, las proyecciones y todo lo relacionado con sus motivos particulares tratando de que las licencias literarias apoyen y no tergiversen la historia que vamos a contar. Lo que menos necesita una persona normal, es que la convirtamos sin razón evidente, en un súper héroe.

4. Los del escándalo. Estos son terrenos casi exclusivos de los que se mueven en los mundos de la política y la farándula por ser quienes están más expuestos al escrutinio general, pero quienes menos saben manejarse en él actualmente; por un lado exigen que se respete su vida privada y por el otro, se exhiben como si sólo ellos existieran en este mundo. A veces, son ellos mismos los que contratan a la prensa para cubrir sus «travesuras» para después fingir indignación y mantenerse en el candelero; pueden funcionar como modelos de personajes «malos» o anti héroes o como probables apoyos del antagonista, el caso es que, entre más apegados estén a la realidad, mayor riqueza expresiva podrán tener y, por tanto, convocarán a un universo más amplio e interesante. Salud.

Beto.

lunes, 8 de septiembre de 2025

Mecanización humana

¿Vendrían en son de paz? Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Condenados a pensar. La ilustración nos arrastró materialmente hacia la aceptación de nuestra humanidad, el conocimiento adquirió un valor democratizado, pero meritocrático, la moneda de cambio fue la opción por un trabajo más intelectual que manual y las clases sociales no alcanzaron a igualarse debido a que la sabiduría se volvió otra especie de mercancía; el estilo de vida pasó a ser una designación a una preocupación personal, pues ya no mediaba la voluntad divina sino la competencia y como tal, había que gastar la neuronas en estrategias para no perecer de hambre, en un accidente con máquinas o por una congestión alcohólica. Tanto las virtudes como los vicios se insertaron en un marco conceptual que trató de justificar su existencia, pero nada más para paliarlas.

2. Libres de reaccionar. Pero no tanto para pensar en el porqué reaccionaríamos ya que los esquemas con los cuales nos conducimos para interactuar, se basan más que nada en dos fenómenos muy actuales que podrían ser considerados uno la consecuencia del otro que son la sobreinformación y la desinformación, ambas impiden que razonemos lo que es peligroso cuando tenemos que valorar un problema pues el riesgo de descontextualizarlo aumenta en la medida en que ignoremos las atenuantes o las agravantes; los eventos que debemos enfrentar a diario ponen a prueba nuestra paciencia, nuestra inteligencia y nuestra fortaleza mental, a veces de una por una y a veces todas en conjunto de acuerdo a cómo nos hayamos mentalizado para el transcurso del día, ya sea en modo guerrero o en modo misionero.

3. Sugeridos a consumir. La tragedia humana está definida por lo que consume para vivir, si es por la cantidad, fluctúa entre la obesidad y la escualidez, si es por calidad, va del lujo a la miseria, si es por ludicidad, viaja del entretenimiento al embrutecimiento; todo se trata de consumir pues casi todo se ha vuelto una mercancía y como en todo, hay buenas y malas. El convencimiento a consumir está a cargo muchas veces de personas que no participan de ellas, pero su fama se transmuta en credibilidad por la costumbre en el consumo de otros productos en los que suelen intervenir, por ejemplo, un actor o deportista famosos anunciando una pasta de dientes, aunque también se influye por medio de personajes identificables de la vida cotidiana como otra ama de casa, un bolero o un médico.

4. Redefinidos para vivir. Hace varias décadas, las revistas sensacionalistas disfrazadas de científicas, nos mostraban una visión proyectiva de la evolución física de los seres humanos si seguimos pulsando botones en máquinas que suplieran nuestro trabajo, la imagen ofrecida era un ser poco agraciado, de piel rosa pálido, con un cuerpo subdesarrollado, cabeza enorme con ojos que le hacían juego y lo más llamativo, manos con dedos que semejaban pinzas y quizá sin el oponible. Tras el horror de imaginarnos transformados en una copia pirata de E. T., vino la aclaración de que eso le sucedería a generaciones posteriores en unos miles de años, lo cual de ninguna manera fue un consuelo, pero tampoco dejamos de digitalizar nuestros entornos; quién sabe, es posible que ellos sean los viajeros en el tiempo y no seres de otros mundos. Salud.

Beto.

lunes, 1 de septiembre de 2025

¿Existe un plan de vida?

Si estamos cómodos,
¿para qué cambiamos?. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Es una obligación. En la conciencia individualista no sólo existe, sino que es la óptica que gobierna la manera de pensar en sociedad, lo cierto es que imaginar que debemos tomar en cuenta el tener uno apenas vamos saliendo de la adolescencia y con máximas como «hay que vivir el momento» o «el pasado no existe, el mañana es incierto...», no creo que planear sea una práctica que honestamente llevemos a cabo como rutina. Estamos los que apenas en los sesenta vamos deshaciéndonos de ciertos atavismos que servían para mantenernos al margen de algunos peligros, pero al mismo tiempo, obstaculizaban visiones progresistas de desarrollo y si a eso aunamos que fuimos herederos de generaciones que valoraban a la seguridad por encima de todo, era de esperarse que creciéramos con varios temores.

2. ¿Qué es vivir? Para intentar definir esto, tendríamos que echar un vistazo a varias consideraciones, desde las funciones físicas básicas, hasta las funciones filosóficas en las diferentes épocas; respirar no tiene ningún problema, lo hacemos desde el momento en que arribamos a la vida extrauterina, a veces necesitando una nalgada activadora de las que necesitamos después de eventos especiales como un berrinche; si piensan poner en los comentarios que eso sería violencia a un infante, les diré que una a tiempo nos evita dolores de cabeza innecesarios. Acabo de implicar lo que debería ser la principal definición de vivir que es la tranquilidad ya dentro de los espacios filosóficos, es decir, lo que signifique para cada uno ese concepto pues para unos podría ser el dinero, para otros, la seguridad.

3. ¿Qué partes componen un plan? Meta, método y motivo tienden a ser las partes que más se repiten cuando hacemos un plan, cada una de ellas pueden subdividirse según los intereses de los alcances de quienes estén planeando, tomando en cuenta también a las personas o los lugares donde va a aplicarse; cada parte por sí sola no define la naturaleza del plan, es la combinación de las tres la que pone en la mira los caminos a seguir, al grado de sumar a veces, colaboradores no considerados al inicio. Hay planes simples y planes sofisticados, planes adecuados e inadecuados, prudentes e imprudentes pero sus esencias son las mismas dado que fue a una persona (o varias) con ciertos intereses a la que se le ocurrió. Si acaso una idea llega a convertirse en plan, de lo único que hay que tener cuidado, es de la coherencia entre sus partes.

4. ¿Y los cambios? Nada he visto más absurdo que la «sugerencia» obligatoria de «salir de la zona de confort» para considerarnos dignos hijos de este tiempo; pero, ¿no se supone que planeas tu vida para estar a gusto y cómodo? ¿Y no es cierto que lo que nos hace movernos es precisamente el no estar a gusto? Y si no, ¿para qué es que hay avances tecnológicos en ergonomía para máquinas y herramientas, operación de vehículos o traslados rápidos? Cada cambio exige una adaptación total, posiblemente apuntado hacia un mismo objeto mediante objetivos específicos que puede ser el vivir «bien», pero para lograrlo se ha impuesto un sistema mental de cambio absoluto y permanente que crea la necesidad de «escalar» por condiciones nuevas para, en realidad, quedar en la misma situación que ya estabas. Salud.

Beto.

lunes, 25 de agosto de 2025

Estamos inacabados

Posiblemente nos falten algunos
retoques. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. En lo material. Hemos podido echarle la culpa de todos nuestros males a la historia, hasta del hecho de estar mal alimentados; por un lado, responsabilizamos al mestizaje, porque aquí los aborígenes comían muy sano y se bañaban todos los días, basaban sus relaciones sociales en el trabajo y los excesos eran duramente penalizados. La culpa la tuvieron los españoles que vinieron con sus aceites, sus puercos y sus vinos, como si el canibalismo ritual hubiera sido mejor, pero no caemos en la cuenta de que no fue la mezcla en sí, sino lo que hacemos los mestizos con el legado de ambas partes, basado precisamente en una dinámica de compensaciones por vivir en sociedades caóticas sumidas en un mar de crisis sin saber porqué, ni las causas que la crearon.

2. En lo mental. Para los estándares mundiales y para los pueblos prehispánicos probablemente también, los mestizos de Iberoamérica no terminamos de madurar y en el caso particular de México, eso se nos nota al momento de dar explicaciones de cómo somos; no es que no tengamos respuestas, sino que al dar lo que podría ser nuestra versión de un autorretrato, pareciera que esperamos la evaluación aprobatoria de nuestro interlocutor, como un adolescente en examen oral, síntoma de que posiblemente seguimos cargando con el trauma del abusado pueblo del que todos se han aprovechado, por lo tanto, aspiramos a la benevolencia ajena para que nos otorgue un lugar que ha estado ahí, en el concierto de las naciones, pero que no hemos tomado del todo por suponer que no lo merecemos.

3. En lo social. Es más, un tema de identificación de nuestro rol en el grupo y de lo efectivos que seamos para servir en lo que nos propongamos; el detalle está en entender que el aprendizaje no termina con un grado escolar porque, para lo único que sirve la academia, es para aprender a aprender, sin embargo, sólo nos estancamos en la acumulación de datos de la cual, un gran porcentaje no nos representa utilidad alguna. Por otro lado, está el tema de la identidad (ya mencionada en otras oportunidades) cuyo sustento parece estar asentado en los conceptos inadecuados, por ejemplo, en un solo pueblo prehispánico del cual queda poco o nada, en una apropiación cultural que no termina de aceptarse por falta de información, en un grupo de fútbol que triunfa a cuanta gotas y en la sensación de pérdida por todo ello.

4. En lo individual. Somos parte de una sociedad inacabada, sin una identidad fija y lo que presumimos, aún no tiene la aceptación total que como de origen debe ostentar; como individuos, defendemos a medias a una patria carente de rostro pero con las cicatrices de los golpes que no nos han dejado olvidar. Hasta aquellos que suponen tener resuelta su vida, carecen de una identidad que los guíe sobre el servicio a los demás dejándolos con la idea de que lo principal es la satisfacción personal por encima de la estabilidad social. La sensación de inseguridad actual es en parte resultado de la desconfianza que hemos sembrado metódicamente con el supuesto de que todo el mundo quiere aprovecharse de nosotros, un temor irracional que no nos permite el crecer ni desarrollar esos potenciales que presumimos. Salud.

Beto.

lunes, 18 de agosto de 2025

Somos buenos

Existen a la par, pero dominará
el que se cultive mejor. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Hasta probar lo contrario. La legalidad es una dama que coquetea con todos pero se va con quien presuma más recursos; es ella quien en un percance decide sobre nuestra bondad o maldad sin que con esa facultad, logre hacer justicia en todos los rubros Las trampas, los cochupos, el chayote y hasta el albur son características a las que vamos adhiriéndonos sin convicción, pero con la necesidad de sobrevivir en grupos que todos los días se repiten «el que no transa no avanza», con la esperanza de que sea una justificación real, aunque sepamos que es sólo un intento de auto engaño, nos aferraremos a la estratagema legaloide de que si nos acusan o nos sorprenden, les faltará que lo prueben en un juzgado y esperar de qué lado de la ley nos colocamos.

2. Según nuestros cercanos. Somos buenos en la medida en que no hacemos daño, ayudamos en lo que podemos, no nos metemos en problemas y contamos con la benevolencia de los demás para hacer una descripción nuestra; pareciera un resultado automático el tener la aprobación o hasta la admiración de los demás por exhibir un comportamiento intachable y discreto, sin embargo, la naturaleza sospechosista de algunos nos lleva a dudar de tanta belleza porque, «si no hace ruido, es porque algo oculta». La referencia para tal afirmación es el comportamiento de los infantes cuando se entretienen en algo que les llama poderosamente la atención hasta quedar absortos en esa actividad que, por desgracia, generalmente pone en riesgo su integridad física o está haciendo lo que llamamos, una travesura.

3. Por un papel. Más de uno ya sabrá lo que es solicitar una carta de no antecedentes penales, la habrán entregado en una oficina donde solicitaron un empleo o una línea de crédito, posiblemente tuvieron la curiosidad de imaginar o preguntarse ¿qué harían si por un error su nombre apareciera como una de las personas más buscadas en el país o en el mundo? La probabilidad de que eso pase es remota, pero no deja de haber cierto nerviosismo al tramitar papeles de ese carácter porque, de alguna manera, en las oficinas donde se expiden hojas que avalan nuestra identidad, siempre encuentran una traba para no dárnoslas; haciendo justicia, debo admitir que tienen rachas de eficiencia notables, lo malo es que son sólo eso, rachas y lo que necesitamos es que sean siempre así.

4. Por naturaleza. Bondad y maldad son conceptos que valoramos según la conveniencia social; la muerte en sí no es mala, pero matar a alguien lo es porque, como especie, comprendemos que los grupos con menos individuos tienen pocas oportunidades de sobrevivir y trascender. Actualmente el trabajo es bueno, pero nació como castigo en la etapa esclavista de la humanidad, es decir, cuando servimos para algo, somos buenos en cuanto ese algo se pone al servicio de los demás, de lo contrario sería malo. Al nacer, nadie sabe a qué se va a dedicar el nuevo ser, por tanto, no hay manera de adivinar si será bueno o malo, así que eso será el resultado de la educación que se le dará en casa, de las oportunidades que tenga o se le nieguen, volviéndolo un ser de luz o un ser de oscuridad. Salud.

Beto.

Espejismos económicos

Una escena así, ahora es impensable. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. M al de muchos. Hace días, en uno en uno de esos canales de You Tube que ...