lunes, 16 de junio de 2025

No más que un centro comercial

Así lo vimos nosotros. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Muy bonito, sin embargo... A poco más de tres meses del evento, creo ya haberme ganado el derecho a expresar mi opinión acerca de Val’Quirico, vendido en las redes como un centro turístico además del trabajo de boca en boca hecho por los anteriores visitantes, no es que la información sea mala, sino que está incompleta pues debería dejar en claro que no es un lugar para el que cualquiera pueda aspirar a hospedarse, como sucede en San Miguel de Allende o Guanajuato, puesto que no se trata de un poblado como tal, bueno, ni siquiera se trata de un fraccionamiento y la verdad, los precios allí dentro no son baratos. Tratar de verlo y venderlo como un centro turístico es bastante errado si no es que tramposo, pues lo que menos hay es información sobre su creación, la tradición o la cultura que pudiera haber en ese lugar.

2. Expectativas muertas. ¿Cuándo aprenderé? A estas alturas del partido, sigo mi costumbre de no preguntar en ciertas ocasiones para no parecer inoportuno, lo que me ha traído problemas en distintas oportunidades, empero, debo decir que a pesar de ello, agradecí y agradezco que se me haya tomado en cuenta para los festejos en los que participé; dicho lo cual, pasaré a las quejas. Es probable que haya mal entendido la información, pero esperaba encontrarme en un pueblo donde la gente rebosara información y cultura, por el contrario, me encontré con una bola de trabajadores que sólo estaban allí para cumplir, lo más amablemente que les permitía su necesidad, con las tareas que alguien más les impuso por lo cual, meseros y dependientes de mostrador (que es lo que abunda) atendían con «cara de vaca».

3. Cero información. Una de mis pruebas para entender que Val’Quirico no es un centro turístico es que la información que ofrecen se limita a la ubicación de las tiendas y en qué está inspirada la locación, quizá porque estuvimos entre semana, pero creo que lo único que cambiaría sábados y domingos es el número de visitantes. Tampoco vi un módulo de información salvo por el trenecito que hace un recorrido por todo el lugar en apariencia, muy semejante al que hay en Plaza Cibeles; las descripciones versan sobre lo obvio, sin aportar más allá de lo que se ve, ni siquiera sobre el cómo se originaron las tiendas o los restaurantes, algo de mayor utilidad que simplemente identificar lo que evidentemente podemos ver por nuestra cuenta, aunque, ¿qué historia, que fuera interesante, puede tener un centro comercial?

4. Una plaza temática. Quienes hayan ido alguna vez a Disney World, hagan de cuenta, con la diferencia de que en Val’Quirico sólo hay un carrusel, por ello la verdad, resulta (como afirmó el más entusiasta de nuestro grupo) un lugar para visitarse una sola vez si es que llevas la idea de un centro turístico; si se ve como un complejo de restaurantes y tiendas bien ambientado, quizás el encanto se acabe en cuanto se hayan probado todas las cocinas, porque desde aquí, sería bastante oneroso visitarlo para nada más ir a comer una tarde. Si escucharon o leyeron sobre este lugar, no les quito la intención de visitarlo, pero deben hacerse a la idea de que se toparán con gente (visitantes y trabajadores) que van a cumplir con un cometido: disfrutar de lo que haya sin que se les moleste, así que estarían por su cuenta. Salud.

Beto

lunes, 9 de junio de 2025

Buscándonos

Los mesías tropicales sólo saben
de corruptelas. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Nuestras realidades. Los viajes instruyen, dicen por ahí, pero también representan cambios (a veces radicales) en las rutinas, adaptaciones eventuales y gastos no previstos; las condiciones en las que se realizan son muy variadas por motivos a los que cada uno les pondrá su propia prioridad o urgencia, esto último domina en las economías emergentes como la nuestra, en lo general y en lo particular, pues no faltan ni la tradicional crisis anual ni los ceses de actividades por, llamémoslo así, incertidumbre laboral. Porque, seguros lo que se dice seguros, en este país no estamos y las migraciones hacia horizontes más benignos están al mismo nivel que en Centro América ya que ni allá ni acá los gobiernos han podido garantizar el bienestar de sus pobladores.

2. La eterna esperanza. Como afirmé en otra oportunidad, al igual que una mujer violentada, seguimos como país esperando que nuestro agresor cambie, si hemos aceptado sus condiciones, justo sería que nos trataran bien, han pasado varias décadas (más de las que pudiéramos desear) y lo único que tenemos por cierto es que nada es una certeza. Esperanzados, más que un personaje de Victoria Ruffo en la Rosa de Guadalupe, hemos visto transitar a caudillos, partidos, ideas que se suponen distintos pero que han hecho exactamente lo mismo, sin siquiera dar alternativas reales a las promesas que esgrimen como la vanguardia en la solución de problemas que tampoco cambian, sólo aumentan el número de personas afectadas, en mucha parte, por las mismas iniciativas que los vana a atacar.

3. Jodidos pero contentos. Debo hacer notar que pocas veces creo en la utilidad de las encuestas porque, aunque exista la convención de un mínimo estandarizado para hacerlas confiables en una gran escala, lo cierto es que las preguntas rara vez son contestadas por el cien por ciento del universo a estudiar; pero supongamos que son útiles todo el tiempo, aún queda el tema de la complejidad, ¿quién las hace y a quiénes las aplica? Por supuesto, hay agencias dedicadas a esos menesteres que son nombradas en tiempos especiales, por ejemplo, en elecciones, un caldo de cultivo para lograr obtener resultados totalmente a modo para los objetos de esas prácticas, así, cada uno de ellos gritará a los cuatro vientos que es el ganador porque «las encuestas los favorecen» para beneplácito de sus muy jodidos seguidores.

4. Sin mesías ni nada. Ya debe ser hora de que tomemos nuestro desarrollo con propias manos, que nuestras dependencias queden abolidas para que por fin el satisfacernos sea un acto de voluntad y no de altruismo, que el deber no sea más una carga que llevamos por otros o por nuestros pecados, porque el trabajar deje de ser una condena bíblica y sea lo que nos dignifique como seres humanos-, ya basta de buscar razones para no movernos y esperar que llegue un «iluminado» con dádivas a poner orden, ya vimos lo que pasó con el último (espero de verdad sea el último), quien contrario a las citas de su libro sagrado, por sus obras no lo conocimos sino por sus peroratas insulsas, sin más motivo que el ponernos unos contra otros. Cuando dejemos de echarle la culpa a un ser «superior» etéreo o de carne y hueso, mejoraremos. Salud.

Beto

lunes, 2 de junio de 2025

El profiláctico aislamiento

A veces, estar solo suele ser
muy productivo. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Así no juego. Si el ser social implica soportar a vecinos molestos o suponer que es divertido molestar a los demás, tendrán que perdonarme, prefiero ser un anacoreta; es posible que ya haya expuesto esta inquietud, sin embargo, adquiere relevancia en estos días debido al alza en los mensajes que priorizan la violencia en los medios de difusión masiva que parecen incidir en el comportamiento pasivo agresivo de varios pobladores de esta bendita nación, aunque algunos sí son francamente un riesgo para los demás. varias pláticas tanto con la licenciada Rodríguez como con el contador Olvera, me han llevado a reflexionar sobre cómo podría acabarse con este ambiente de incertidumbre que venimos padeciendo desde... siempre y la respuesta que me doy es sumamente radical.

2. La cueva. Si me lo permiten, trataré de hacer un símil entre nuestra sociedad actual y mi humilde morada que, funcional y todo lo que quieran, pero está mal hecha de origen; para empezar, el argumento de aprovechar al máximo el espacio entra en conflicto con la distribución del lugar, puesto que hay dos áreas que se pierden por haber puesto el lavadero y patio de servicio a un lado de la sala y el abrir un hueco para la escalera de acceso, roba casi la mitad del comedor. Se imaginarán que cuando quiero sacar la ropa lavada a los tendederos, debo atravesar la sala y el estudio para llegar a ellos, por otro lado, lo que debería exponerse al exterior como cocina, comedor y sala, están al revés, el frente resultaron ser el baño con las recámaras, algo así como lo que pasa con el país.

3. Miedo a la soledad. Ni como estado de ánimo ni como estilo de vida, ser un solitario es eventual de acuerdo con las necesidades compartidas que tengamos y aceptemos, pues las básicas resultan difíciles de ponerlas en común; aclararé para que no vayan a respingar. Una necesidad básica es alimentarnos y no podemos compartirla porque nadie puede masticar ni deglutir en nuestra representación, por otro lado, comer como concepto es una acción social que implica una relación regida por ciertos modales en la mesa, incluso al hablar en español decimos «voy a comer con...» y no «voy a alimentarme con...», sonaría muy raro rayando en el canibalismo. Que bueno, hay quienes se alimentan exclusivamente con plantas, lo cual es diferente de alimentarse de plantas, la primera es eventual (como en cuaresma) y la segunda, permanente (como los veganos).

4. Baños de pueblo. Dicen que la cima es un lugar muy solitario, pero eso es cierto porque hemos creído que las puntas deben ser por siempre muy agudas, por ende, quien la ocupe deberá ser sólo uno; lo que no pensamos es que no todo es el Fujiyama, también hay elevaciones como las sierras Madre, la cordillera de los Andes o los Apeninos, por lo que hay cimas para todos, nada más que debemos entender que no hay un único modo de éxito; subir las cimas también es una manera de caminar con el pueblo, quizá la mejor de ellas dado que sería la creación de riqueza por igual, sin querer implicar que se trata sólo de dinero, también hay conocimiento, cultura, tradiciones y costumbres que su preservación representa una oportunidad para crecer como los seres humanos que pretendemos. Salud.

Beto

lunes, 26 de mayo de 2025

La necesidad de la fama

Tener la atención del público
es como una droga. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Las compensaciones. En muchas de las búsquedas de satisfactores, lo que prevalece al parecer, es el solventar las carencias que podamos presentar no nada más en lo material, algo así como cuando satisfacemos las necesidades básicas; si tenemos hambre, comemos, si tenemos sed, bebemos y así con todas las demás; lo que respecta a las necesidades suntuarias, tienen que ver más con la búsqueda de prestigio y atención, principalmente si se ha carecido de ésta última en la infancia. Se busca ser el centro de las miradas de diversas formas, algunas legales y otras no tanto y unas de las más socorridas tienen que ver con el espectáculo, en mayor medida con el canto y la actuación, sin embargo, pareciera que ninguna de las dos basta por sí sola, ya que o se toman las dos o se buscan alternativas.

2. El ojo del huracán. Resulta cómoda la posición en la que el entorno se convulsiona atacándonos o defendiéndonos, mientras estamos instalados cómodamente en el centro de todo sin que aparentemente nos afecte; lo digo en primera persona del plural pero todos entendemos que en realidad a quienes hago referencia, es a aquellos que aspiran a la fama y al poder, que logran dividir opiniones valiéndose de su talento (en el mejor de los casos) o de artimañas propagandísticas o publicitarias dirigidas a ensalzar algún aspecto positivo propio o a denigrar a los oponentes; en lo anterior, con resultados semejantes, la política y el mundo del espectáculo tienen muchas semejanzas, dado que las competencias se dan por comparación de egos y la fragilidad que presentan ante la crítica.

3. La edad como excepción. No creo que haya un criterio tajante que establezca que deba haber una edad mínima para explotar los talentos, propios o ajenos, con fines comerciales; tampoco tenemos una escala que nos guíe para dosificar la fama y la atención que debemos recibir en cada año de actividad. Alguna conexión debe haber entre la concepción de la fama y la fortuna y la edad de quien posee el talento con la situación de quien se propone administrarlo, los tres punto son importantes debido a los posibles sobre entendidos que pudieran surgir. Hago la referencia por los eventos que, a lo largo de la historia de los niños actores o cantantes, han tenido que padecer por no tener bien cimentado un plan de crecimiento dentro de un mundo tan cambiante como es el del espectáculo y ahora, que se manejan solos...

4. Madurez intelectual. Un talento sin fundamento teórico es como una bombonera muy bonita pero sin bombones, ser maduro intelectual no significa tener un cúmulo inmenso de información del cual echar mano en cualquier momento, por el contrario, aunque parezca o sea relativamente poca, lo que importa es lo que se hará con ella. Sin tener a la mano un gráfico donde se muestre por edad y por sexo el uso de la información, podríamos especular un poco sobre las tendencias que observamos en cada etapa de nuestras vidas, parece que cuando niños, la observaríamos para poder entender lo que pasaba en nuestro entorno, lo que significaba que uno de los más grandes logros era mantener una conversación; de adolescentes, más o menos lo mismo pero para encajar y de adultos, para saber quién está en el candelero. Su majestad el chisme. Salud.

Beto

lunes, 19 de mayo de 2025

Pérdida de derechos

Todo aquel que supone no encajar,
sólo le queda el embrutecerse. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. El primer paso. Cometer un delito debería de ser un grito desesperado por la renuncia de los derechos humanos, según su gravedad, sería el número y el grado de ellos a los que ya no se tuviera acceso; el realizar cualquier acción le corresponde una reacción con la misma intensidad y en sentido opuesto, lo dice la física no yo. Si robo, doy derecho a los demás de despojarme de algo, si agredo, abro la posibilidad de ser agredido y si mato, lo mismo pero la agrupación vigilante de los derechos humanos ha perdido la brújula, por convicción o coacción, no importa, nada más que ha volcado sus esfuerzos a defender a los delincuentes, lo que se contrapone al sentido común y estaría confirmando el secreto a voces de que en México lo que prevalece es un narco gobierno.

2. La complacencia. Hemos perdido de vista que, hasta donde recuerdo, la ley establecía que el castigo para un delito debía ser correspondiente y acorde a la magnitud de éste, dejando como base única el mantener el derecho a la vida, para que el infractor tuviera la oportunidad de resarcir el daño causado; es posible que hayamos estado confundiendo la naturaleza de los derechos de toda índole, pues suponemos que el término «humano» los hace inherentes a nosotros, cuando que eso humano es un calificativo que señala aquello que ganamos con trabajo, repito, el único derecho que tenemos sólo por nacer es el de vivir, los demás hay que ganárselos. Por ejemplo, si deseamos ser escuchados, hay que tener algo que decir, si lo que se desea es tener servicios, hay que pagar impuestos, si se desea dinero, hay que trabajar.

3. Sobre la inconciencia. Leer debería ser la base del conocimiento, sin embargo, entre nuestras contradicciones se encuentra el hecho de que suponemos que las lecturas son prescindibles lo que no impide que aprendamos, que algo hay de cierto, sin leer puede aprenderse, pero no al ritmo que debiéramos según las exigencias de una realidad basada en interpretaciones de personas que no les importa la de los demás; esa falta de conciencia más la ignorancia (como la pérdida de voluntad para tomar en cuenta al otro como un igual) nos obliga a crear un búnker, virtual o real, que nos proteja de todo aquello que nos muestre la miseria de la que estamos rodeados y la impotencia por saber que, desde nuestras dinámicas, nada podemos hacer.

4. Miedo a imponer la ley. Con el pretexto de no trasgredir los derechos humanos hemos permitido que los legisladores (coludidos, amenazados o directivos de la delincuencia organizada) hayan hecho de las leyes y reglamentos del país, un compendio de manuales para apapachar delincuentes que, como mencionaba líneas arriba, por el hecho de violentarlas, ya han renunciado a sus derechos pues sus actos nos indican que no están interesados en convivir con los demás. por lo cual cabría preguntarnos, si de verdad están tan inconformes con su situación, ¿por qué no se van a otro lado para que nadie les diga cómo deben comportarse? Pero no, como todo ser inútil en esta existencia, lo único que les llama la atención y para lo que sirven es para joder. Salud.

Beto

lunes, 12 de mayo de 2025

Traición a la patria

Ni siquiera las leyes han estado
a favor de la legalidad. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Un término algo desgastado. Aparte de ser el título de la trilogía escrita por Paco Igancio Taibo II, patria no pasa de ser un término abstracto que, por mucho, sólo causa algunas cosquillas en el estómago los Lunes de honores a la bandera, eso si acaso presentamos alguna estampa en ese acto académico; la patria es intangible, se divide en porciones de identidad y requiere de símbolos para que pueda ser vista por los simples mortales de a pie. Desde la escuela primaria, la manejamos como si fuera un patrimonio de todos los administradores que, elegidos por sufragio, la han secuestrado para su propio beneficio; el avance en nuestra vida nos provee de una especie de caparazón con el que tratamos de evitar las condiciones en las que nos hemos metido por soportarlos y seguir su juego supuestamente democrático.

2. Un México que no existe. Es posible que muy en el fondo todos hayamos estado deseando vivir en un país sin sobresaltos ni violencia, donde el dinero alcanza y donde las ambiciones individuales apuntan hacia ser mejores seres humanos, sabedores de que lo mejor que tenemos para ofrecer a los demás, somos nosotros mismos. Entre ese pensamiento y nuestras relaciones está interpuesta la realidad, una que nos ha obligado a normalizar los abusos, las injusticias y que sean perpetradas por el tipo «fuerte de personas»; el México apacible sólo existe en la propaganda gubernamental en la forma de panfletos turísticos y la poca paz que hay, es resultado de que hemos aprendido a aguantar estoicamente, la incertidumbre impuesta.

3. Otro que no planeamos. Cada trienio o cada sexenio, escuchamos una serie de discursos que invariablemente incluyen conceptos como desarrollo, mejoras en vialidades, empleo y educación, aseguramiento de salud, inversión y comercio y otros tantos que seguro nos pasan por encima pues ya los vemos como parte de un ejercicio tradicional, pero que a leguas se nota que son mentiras; soportamos meses extenuantes de mensajes supuestamente dirigidos a nosotros por parte de personas que se gastan nuestro dinero pero que para nada les importamos. Las pantallas repiten incesantemente imágenes inútiles y sin un contenido real sin mencionar en ningún momento cómo es que lograríamos llegar allá, ¿será porque en realidad no tienen preparación alguna? 

4. El que nos inventamos. Ese México no está tan alejado de nuestros potenciales, sólo falta voluntad para hacerlo juntos confiando en que todos estamos dando nuestro mejor esfuerzo, dejando atrás los temores que, por lo general, cargamos a cuestas sin más entendimiento que «aquí nos tocó vivir» tragicómico y resignado, manteniéndonos al amparo de imágenes a las que a ratos veneramos y a ratos vituperamos. El México de nuestra invención responde más a los dichos populares que a la indagación y puesta en acción de planes que de verdad nos involucren como dueños del país, no como inquilinos en casa ajena; a quien se le ocurrió que podía apoderarse de lo que nos pertenece a todos, no quedaría opción que declararlo sin más, traidor a la patria. Salud.

Beto

lunes, 5 de mayo de 2025

Por gorda

Todos debemos ser responsables
de nuestra salud. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Cuestión de perspectiva. Ahora mismo, cuando todo ofende pero no nos tomamos el tiempo de entender los contextos, cualquier afirmación se vuelve condenable pues a todo el mundo le «queda el saco»; si de pronto, así sin anestesia ni nada, escucháramos que una actriz con sobrepeso fue corrida de la grabación de una serie (nota publicada el 16 de febrero del presente año) quizá nos desgarraríamos las vestiduras o saldríamos a las calles con pancartas de apoyo a la gorda, pero seguramente tendríamos que frenar abruptamente nuestros ímpetus al darnos cuenta de que no estamos considerando las circunstancias que envuelven el evento. Para entender lo anterior, cabe mencionar que cada situación tiene razones irrenunciables, por lo que debemos observarlas desde la perspectiva de quienes las sostienen.

2. La imagen lo es todo. La frase «como te ven te tratan» pareciera haberse hecho para los profesionales de la actuación, por cuestiones profesionales por supuesto; cuando actores y actrices acuden a una audición dependen en buen grado de su imagen, un poco por encima de su talento, algo lógico si pensamos que en un guión, las características del personaje ya se establecieron de antemano y la selección de quien ha de interpretarlo está supeditada a su vez a la interpretación que le hayan dado directores y productores. No sería coherente, en primera instancia a un hombre de dos metros interpretando a un personaje descrito como una mujer enana de cincuenta años; ya sé que van a pensar que para eso existen las adaptaciones, pero ya vieron qué pasó con la sirenita

3. Realidades alternas. Lo primero que hay que aprender al convertirnos en actores, es a separarnos de los personajes una vez que se cierra el telón o se grita el corte, por el riesgo que conlleva el «vivir» la vida de otros; hay dos ejemplos, uno que rayaba en lo patético que era ver a Verónica Castro siendo Rosa Salvaje las veinticuatro horas del día y otro trágico, pues terminó con la muerte de «El Guasón» Heath Ledger. Tampoco es sano meter la vida cotidiana en la trama que de va a interpretar, pues son personas distintas aunque se trate del mismo cuerpo; lo anterior significa que la apariencia en una producción cinematográfica o televisiva es importante en la medida en que el libreto lo exige, como pasó con el personaje de Harry Potter; por otro lado, la imposición de esas características al exterior, al publico en general, es censurable, pues se trata de ficción.

4. Así como se acordó. Por encima de cualquier argumento en favor de las causas que puedan sugerir, habría que saber bajo qué circunstancias se dio el despido o corte de la actriz, pues si al inicio presentó una imagen específica acorde al personaje para el cual se le contrató y después, por descuido presentó un aumento de peso, por contrato estaría justificado; si el cambio se hubiera dado por una enfermedad como hipertiroidismo, la justificación se daría si ella lo hubiera sabido y no lo informó a la producción, pues si lo ignoraba (lo cual resulta algo complicado), ella tendría la razón. A lo que voy es que, no se dieron a conocer en la nota, las causas de la separación y sólo se limitaron a condenar la acción sin conocer el contexto. Salud.

Beto

No más que un centro comercial

Así lo vimos nosotros. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. M uy bonito, sin embargo... A poco más de tres meses del evento, creo ya haberme ganado...