lunes, 11 de agosto de 2025

¿Qué implica creer en nosotros?

Habrá preocupaciones, pero no podemos
dejar que nos dominen. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Ir contracorriente. Parece más una leyenda urbana (lo que sea que implique eso), pero el comparar los esfuerzos individuales con el viaje de un salmón no parece justo, por la suposición de sobre valorar el lo realizado en solitario, siendo que a diferencia del pez, tendemos a apreciar mayormente el vivir en sociedad; es cierto, las teorías administrativas se han dedicado a ensalzar a los «hechos a sí mismos» desde la perspectiva del líder proponiendo que ése es el camino más viable para ser considerados triunfadores, porque «cuando todo el mundo se conforma, sólo el que aprende a hablar inglés sale adelante», que «quien se prepara de manera constante y se reinventa, cumple sus metas», que «sólo los audaces tienen la atención y la admiración del mundo».

2. Pasar por loco. Estamos en un lugar en el que por encima de otras cosas, pretendemos valorar la modestia, de lo contrario corremos el riesgo de aparentar que nos falta un tornillo; si no se trata de una auto alabanza, ¿por qué resulta mal visto que aceptemos que somos buenos en algo? Habría que aclarar, aceptar no es lo mismo que vanagloriarse, la primera se termina con un «gracias», la segunda no conoce fin. En el medio está el reconocimiento propio, la aceptación que empieza sí con un gracias, pero se mantiene en la sutileza de la seguridad de ser uno mismo en cualquier lugar, sin anunciarse, sin tener que recurrir a tácticas de publicidad barata. No es necesario decir que «eres», todos van a notarlo porque no se puede ocultar; sobresalir no es una obligación, es una concesión que otorgan los demás.

3. Esperar reconocimiento. Que no un homenaje perpetuo sino simplemente ubicarnos en la calle o identificar algo como obra personal, sin más alharaca que señalarlo, algo así como una cita bibliográfica; escuchar algo semejante aun sin adjetivos, tiene el potencial de incrementar a la confianza de uno mismo, reafirmar el «yo» e identificar el lugar en el que estamos parados. Es posible que el logro personal que más influya en uno mismo, sea el sabernos partícipes de un grupo social y ser activos en lo más significativos para su desarrollo. Episodios de reconocimiento los tenemos a diario en las formas de un saludo, el ceder el paso en una puerta o un asiento, el detenernos al encontrarnos con un amigo y todos están dirigidos a un aspecto específico de nuestra existencia.

4. Saber dar crédito. Gran parte de nuestra seguridad está en saber admitir los aciertos de los demás por una razón muy simple, al hacerlo, estamos poniéndonos en la misma plataforma del otro sin importar el nivel académico que ostente, lo que dará confianza a la contraparte para vernos de la misma manera, lo cual no significa otra cosa más que respeto. El crédito (como confianza) otorga un valor adicional al que tenemos implícito como individuos ya que nos viene de otras personas, así que si alguien afirma que tenemos alguna cualidad, física, afectiva o laboral, debemos entender que si pudo notarlo, es porque de alguna manera, esas personas también la tienen, lo que además implica que estamos tratando con iguales, así que la concordia está asegurada. Salud.

Beto.

lunes, 4 de agosto de 2025

Era broma

El dibujarlos nos crea una fantasía
de control. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Por la imagen. Seguramente lo escuchamos y aprendimos casi de inmediato a ver borregos en las nubes, después aplicamos esa sabiduría en algunos otros lugares como cúmulos de basura, pacas de alfalfa, cajas encimadas u otros objetos que hicieran referencia a cosas conocidas que nos significaran lo que conocemos; cuando presumimos el desarrollo muscular resultado de rutinas de ejercicio decimos que tenemos «conejos», debido a la forma redondeada que presentan, semejante al lomo de esos roedores y cuando queremos bromear con quienes los tienen relativamente pequeños, les decimos que en realidad lo que tienen son «ratones». Quién iba a imaginarse que precisamente la palabra músculo deriva de «mus» que significa ratón; acabo de matar inmisericordemente una broma.

2. Hipertrofia. Si me permiten el término, hemos «industrializado» el desarrollo muscular, no queremos ser fuertes solamente, sino impresionar con los tamaños que podemos lograr y eso es lo prioritario, el tamaño, la armonía y la simetría aunque importantes en una competencia, pasan a un segundo plano normalmente; salvo por los profesionales y los aficionados realmente interesados en el fisicoculturismo, quienes se inician en esos menesteres, no presentan de inicio un plan adecuado a sus características antropométricas, los que sí son inteligentes y después de algunos intentos fallidos, buscarán la asesoría de un entrenador para lograr sus metas, un acuerdo que durará poco porque relativamente pocos se ajustarán a la disciplina, lo que los instructores saben.

3. A la tecnología. Es posible que hayamos escogido la imagen del roedor por otras características además de su redondez ya que esas criaturitas suelen colarse por todos lados necesitando nada más que un resquicio para pasar; llegaron hasta nuestras mesas de trabajo haciéndose indispensables para algunos de nosotros, pues podemos mantener la actividad en la otra mano mientras estamos frete a una pantalla. Su tacto es el indicativo de que estamos conectados con la máquina aparentando que hace nuestra voluntad cuando en realidad es una relación simbiótica en la que debe haber cierta calibración para que ambos apuntemos hacia un mismo lado, el cual es generalmente, la producción de algún tipo de mensaje ya sea textual, auditivo o visual. Ratón y mano ejemplifican tangiblemente, lo que la cibernética es.

4. Simplemente roedores. También han sido motivo de fantasía en cuentos y películas, varios de ellos muy famosos como Miguelito, el súper Ratón, Jerry, el ratón Vaquero, los costureros de la Cenicienta, el de los dientes, Chefcito de Ratatuille, Bernardo y Bianca, Dally, Topo Gigio y todos los que a ustedes se les pueda ocurrir, ahora bien, ¿por qué tenemos tal fascinación por esos animalitos si lo primero que se nos ocurre cuando descubrimos que uno se coló en nuestras casas es matarlo? No recuerdo que les hayamos dado más utilidad que la de mascotas o como sujetos de laboratorio, pero nada más; el caso que hayan servido para la creación de historias en la literatura, no les quita que, cuando presentan un crecimiento poblacional desmedido, se conviertan en una plaga. Salud.

Beto.

lunes, 28 de julio de 2025

Candados sociales

Todos sabemos, más o menos,
los alcances que tenemos. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. 1213. La búsqueda del control es sana cuando se trata de mantener dentro de ciertos márgenes coherentes y legales las propias pasiones, sin embargo, cuando se trata de controlar a los demás, hay ahí algo enfermizo y hasta adictivo. El siglo XIII marcó una pauta cuya intención inicial fue sondear lo que sucedía en las cortes europeas pues no olvidemos que la mayor parte de los reinos medievales se habían formado para atacar o defenderse unos de otros, las alianzas se sostenían con pinzas y uno de esos reinos funcionaba cono árbitro, pero además debía protegerse a sí mismo, que era la iglesia católica, para lo cual instituyó un nuevo sacramento, la confesión. Con los problemas que produjo en sus inicios, se le puso el candado de la secrecía.

2. Siglo XV. Como la idea de que el poder social y político emanaba de la divinidad y el depositario de éste era necesariamente el rey venía cayendo de la gracia de varios libre pensadores, debieron buscarse razonamientos que desmintieran esa versión y afirmar que en realidad el poder emanaba del pueblo, con la salvedad de que nunca sacaron a Dios de la ecuación, lo cual en esencia no es malo tratándose de la parte espiritual, sin embargo, tratándose del poder terrenal que es la iglesia, la autonomía de las naciones siempre ha tenido sus bemoles. Alguien debía ceder y en los años del siglo XVI, después del brutal golpe de la razón, ésta tuvo que frenar un poco su ímpetu porque la conciencia científica también está impregnada de cierta ética clerical.

3. De Constantinopla a París. Las reformas, como los simples cambios, presentan estructuras de pensamiento similares entre sí, la búsqueda de un mejor método, mayor beneficio y adeptos al por mayor, lo cual requiere de un único organizador que presenta dos opciones de conducirse, organiza y actúa interviniendo en el proceso volviéndose con ello un dictador que impone su punto de vista u organiza y permite que los demás actúen, libres de optar por lo que crean mejor dentro de los parámetros del plan establecido; en la primera opción (la más extendida por cierto) nos encontramos con una estructura burocrática, contrario a lo que pudiera pensarse, lógica si se supone que requiere de un apoyo muy grande para imponer sus ideas, mientras que en el segundo, la confianza en los subalternos hace que se requiera menos gente.

4. El conocimiento, ¿para qué? Esta pequeña especie (con ínfulas de titanes) se ha esforzado en aprender a mantenerse en este pequeño planeta, aunque a veces se haya comportado como la plaga que es hoy, debemos aceptarlo, le hemos provocado más eccemas al mundo en doscientos años, que en todos los milenios anteriores. La acumulación de sabidurías locales, ha venido a formar un respetable conocimiento, mucho del cual tenemos al alcance de la mano, invirtiendo cada día menos tiempo y esfuerzo, pero esa cantidad de información es inversamente proporcional a las ganas que tenemos de consultarla. Por desgracia, la tradición nos dice que sólo la usamos para pasar exámenes o, en el mejor de los casos, para crear contenidos de diferentes calidades, dependiendo del talento de cada uno. Salud.

Beto.

lunes, 21 de julio de 2025

¿De verdad tanta coincidencia?

Ahora resulta que muy cuates. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Simi protagonismo. Desde finales de abril he venido escuchando la entonces nueva campaña del otrora candidato a la presidencia de la República, el doctor Víctor González, dueño de la franquicia de Farmacias Similares, basada en la reciente muerte de Jorge Bergoglio, no voy a poner en tela de juicio la legitimidad de su derecho a anunciarse por el motivo que sea, sin embargo, algunas de sus afirmaciones sí que rayan en el oportunismo más ramplón que podamos encontrar. Puedo entender que su negocio, como el de todos, requiera de publicitarse para estar presente en la atención de un buen número de personas, pero el uso de argumentos dirigidos a su «extrema bondad e iluminación» por su lucha contra su enfermedad, su postulación al premio Nobel y ahora, su afinidad con Francisco pues...

2. Afinidad con calzador. Sólo se vieron una vez, pero eso bastó para que entre ellos surgiera una gran amistad y una conexión que los encausó por los mismos caminos, según versa su spot de radio; no dudo de la capacidad empática de ninguno de los dos personajes, aunque Francisco protagonizó algunos pequeños incidentes de intolerancia por extrema cercanía. Don Víctor tuvo que estar al borde de la muerte para ofrecerse sin restricciones, pero no sabemos cómo se conducía antes de esa experiencia; el Papa, uno de los hombres más poderosos del mundo, el doctor Simi buscó ser el hombre más poderoso del país, ¿de qué habrían hablado durante cinco minutos que puede durar una persona en la fila de una audiencia normal? ¿Es posible que en ese tiempo hubiera una identificación tan profunda?

3. Supuestas tareas comunes. En el mismo tipo de anuncios (creo que eran tres) se dice que hubo un acuerdo -posiblemente tácito- para que realizaran tareas en común entre las cuales estaba la de traer de paseo la reliquia de un santo; de Francisco, en su investidura de guía de la iglesia y si se ocupara de la administración de objetos supuestamente milagrosos que ni en el Vaticano están, lo entendería, pero de un civil supuestamente dedicado a la ciencia, no me queda claro, ¿será que ahora van a recetar en sus farmacias rezos con rosarios similares? No recuerdo la lista, pero supuestamente le faltaban eventos por hacer, lo que me hace preguntar, ¿por cuánto tiempo pensará sacar raja de la muerte de Bergoglio? Porque sospecho que a muy pocos nos importa que haga cosas fuera de vender medicinas.

4. Ya no lo puede contradecir. Y puede aprovecharse todo lo que quiera ya que, si en vida no le reclamaron, una vez muerto no tendrán objeción alguna, hasta podría afirmar que lo ordenaron cardenal honoris causa; no tengo idea si su intención es seguir utilizando coyunturas para vender más o piense, después de todo el halo de casi santidad en el que están envolviéndolo, busque nuevamente postularse para la grande. De cualquier cosa que decida, es seguro que se mantendrá vigente en los medios, lo cual no es malo en sí, pero me haría sospechar en un posible vínculo con el gobierno federal para proponerse como la opción en caso de un nuevo desabasto de medicamentos, lo que redundaría en una práctica monopólica de grandes dimensiones. Salud.

Beto.

lunes, 14 de julio de 2025

Oremos

Si lo aprendido no entra en nuestra casa,
es sólo información anecdótica. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. El músculo encefálico. Algunas veces tratado como una auténtica caja de Pandora, el cerebro humano sigue siendo en muchas de sus partes un misterio, lo que sí es una certeza es que debemos ejercitarlo para que funcione adecuadamente; ya ustedes conocerán varias formas para hacerlos, como el resolver crucigramas o sudokus, armar rompecabezas planos o tridimensionales o jugar ajedrez entre muchos otros, los que elijan serán buenos y parafraseando a mi padre, el único que no funciona es ése que no se usa. Escribir es un buen ejercicio puesto que, como con los demás, la capacidad cognitiva se fortalece así que la lógica indica que lo mejor que puede pasar es usarlo para lo que fue hecho: pensar. En palabras de Descartes sería existir, hacerlo en plenitud, poner al servicio de nuestro entorno todas nuestras facultades transformadoras.

2. El reino de la razón. En el ejercicio de este noble oficio, la tinta invertida para dejar constancia de nuestra existencia, debe también permitir que haya disparidad de pensamiento, cuando el escrutinio ajeno nos haga el favor de poner su atención en nuestras palabras, Antes que la coherencia y la fundamentación, debemos tener algo que decir lo cual surge definitivamente de lo que observamos, escuchamos y vivimos con intensidad, teniendo cuidado con el punto de vista porque tener razón no es sinónimo de ostentar la verdad, ni siquiera una concatenación de razones la conforman, lo cual no significa que entremos en el juego de si la verdad es absoluta o relativa, sino sólo tratar a ambos conceptos bajo la óptica de que su uso depende del contexto en el cual los tengamos insertos.

3. La magia de la repetición. Cuando debíamos fijar una imagen en nuestra mente, lo que se imponía era leer varias veces un texto para después, repetirlo como perico frente al profesor, como una muestra palpable de que habíamos aprendido algo, sin embargo, aquello memorizado de manera emergente, también resultaba fácil de olvidar por lo que mucha de la información adquirida en la primaria, secundaria y preparatoria, para cuando accedimos a la universidad, ya se había borrado. Algunos podrán decirme que sí recuerdan buena parte de lo memorizado, pero puede ser porque se volvió de alguna manera significativo, es decir, que hubiera una razón importante más allá de la memorización misma, por ejemplo, el demostrar al maestro que éramos capaces de participar.

4. Lo deseable. Al igual que en un rezo, se creía que la simple repetición nos llevaría a la reflexión, sin embargo, no se tomó la precaución de observar que nuestra capacidad de adaptación se condiciona según sea la exigencia del entorno, es decir, si las condiciones son buenas, el trabajo de adaptación será sencillo, si las condiciones son severas, será complicado, por lo tanto, sin en tiempos anteriores para pasar de año sólo se requería repetir lo que estuviera escrito en los libros sin mayor cuestionamiento, eso sería lo que pasaría. La diferencia entre rezar y orar estriba en que la segunda requiere de razonamiento, asimismo, al estudiar debemos reflexionar y no sólo memorizar para aprender un aprendizaje significativo, lo cual quiere decir que podamos aplicarlo en nuestra realidad. Salud.

Beto.

lunes, 7 de julio de 2025

Cabalísticos somos

Y eso que las adivinas ya no son
de cabecera Foto: BAER
Irapuato, Gto.-

1. Número atractivo. El siete del siete parece prometer, además de la coincidencia en el número, algún pequeño enigma que se entrelace con la suma de los dos últimos dígitos del año en curso; cabalístico como ha solido ser, el número siete ha sido motivo de divertidas especulaciones, tal vez más que las que se les imputan a los demás números primos, Por algo Cantinflas lo usó en varias de sus películas; por supuesto, no creo que tenga poderes mágicos ni nada que se le parezca, pero debe decir que fue el primero que pude dibujar «bonito», ya que ni siquiera el uno me salía bien; por otra parte, la simetría que se logra juntando objetos de siete en siete resulta muy atractiva, lo cual podemos corroborar con el candelabro judío (Menorá), que alude a las ramas del conocimiento humano.

2. El hallazgo. ¿De dónde parte la idea de dar «poderes» a los números? Pitágoras, la numerología y las tradiciones religiosas tendrían mucho que decir sobre ello; no debería sorprendernos que personas inteligentes, convencidos o sólo curiosos, se hayan dedicado al estudio de supuestos poderes mágicos en los números, pues su actividad cerebral les exige averiguar y comprobar sobre lo encontrado, por encima de sus creencias religiosas o místicas, pero como en todo, el pensamiento también evoluciona y ya entrados en el siglo XXI, parece inconcebible que todavía estemos al pendiente de predicciones sin sustento teórico (así nos hacen creer que son), de gurúes que se dicen «iluminados» y de comparsas encargados de hacerles el caldo gordo, aunque bueno, lo mismo pasa con las noticias emitidas en la red.

3. Señalado por el horóscopo. En el primer número (y hasta ahora único ejemplar) de mi revista de voleibol, aparece el siete en la portada, obviamente no enfundado en mí, ya que yo saqué la foto mientras estaba en la banca esperando mi turno para entrar al partido; muy cerca de aquí, en el municipio de Valle de Santiago, hay siete volcanes extintos llamados Las Siete Luminarias que tienen un halo de misterio porque se supone que están alineados con la formación de la Osa Mayor. Y tarde recordé para la grabación de la Ranita del pasado 3 de mayo que en la antigüedad se hablaba de los siete mares que eran el mar de Java, el mar de Hoces o Cabo de Hornos, el mar Caribe, el mar de Las Filipinas, el mar Egeo, el mar de Noruega y el mar de Beaufort y todas las coincidencias con mi nombre.

4. Historia ya contada. Aparte de todas las menciones que pueda hacer sobre el siete, ya he apuntado en otras ocasiones que muy pocos tendrán la «suerte» de contar con un nombre y apellidos que sumen veintiuno (para aquellos que lo busquen en un boleto de camión) y dividido perfectamente en tres partes, es decir, siete letras cada uno lo cual, como todo lo anterior, es una tremenda coincidencia para pasar el rato en una plática de café. Por otro lado, lo he contado tantas veces que ya podría aburrir a lectores y escuchas, así que ésta parecería la última ocasión en que lo hago... hasta que me encuentre un público nuevo; no me vean feo, ya es hora de que aproveche los privilegios que otorga el pertenecer a la gloriosa selección sub sesenta y dos. ¡Ah, verdad!. Salud.

Beto

lunes, 30 de junio de 2025

Los efectos del poder

Como todo roedor, el político prefiere todo
por debajo de la tierra. Foto: BAER

Irapuato, Gto.-

1. Ansiedad. Es una condición que vamos cultivando desde pequeños y adecuamos según el tipo de satisfactores que vayamos apreciando; el manoteo de un bebé, el conteo de los días que restan para un evento en un infante, los nervios que preceden a una presentación en un escenario cualquiera en un adolescente, la revisión constante de los detalles en una cita de adultos o la espera de visitantes cuando ya estamos mayores, son todos síntomas de lo que consideramos más importante según la edad en la que estemos dentro de otros muchos que podamos aportar y si bien, la ansiedad es una sensación que algunos dirían que con la edad sabremos erradicarla (siempre y cuando no se trate de un padecimiento psicológico), lo cierto es que con ella nos damos cuenta de que algo nos importa, incluido el poder.

2. Embriaguez. Lo primero que aparece es la alegría de saberse distinto, que hay cosas que los demás no saben y nosotros (con poder) sí y sin aún perdernos, vamos midiendo nuestro aguante apilando cada «cáliz» uno sobre otro, lento o arrebatado, da igual pues el resultado es el mismo; después de un rato se presenta el mareo y la búsqueda de resistencia, no vayan a pensar que somos unos novatos, el chiste en no vomitar ni caer fulminados, pocas oportunidades hay para acceder a «fiestas» como ésa para que en un descuido vayamos a ser considerados débiles; por último, el estado ideal, la sensación de volar y estar por encima de todo y de todos, que nada puede llegar a afectarnos porque sólo nosotros podemos con el paquete, que para eso es el poder.

3. Cruda. Si con la borrachera nos han ofendido, con la cruda no les alcanza para disculparse pues, al parecer, ésta no les ha llegado, manteniéndose en su «bacanal» de impunidad eterna; hemos entendido a la «cruda» (física o moral) como el castigo inmediato a los excesos, a la falta de moderación -menciono las dos formas por aquello de que no hay maldad, sino falta de bondad- o a lo que eufemísticamente se les ocurra y la fiesta interminable en el juego del poder, tiene la facultad de seguir reproduciéndose y adaptándose a las circunstancias, oh, lo olvidaba, son ellos los que imponen las condiciones en las que tenemos que vivir, por supuesto, tomando en cuenta sus propias necesidades e ignorando las del pueblo al que juraron servir, pero claro, cualquier toma de protesta es sólo una farsa.

4. Remordimiento. No puede haber una asociación civil encargada de estos sujetos llamada algo así como «Poderadictos Anónimos» porque carecerían justamente de la condición del anonimato, por lo que debemos soportarlos en una categoría semejante a la de los borrachos o fumadores, quienes no miden las consecuencias del ejercicio de su adicción; el que ostenta el poder de manera enfermiza, se encuentra ahí por su gusto y por no saber (o no querer enterarse) cómo hacer uso de él en beneficio de los demás pues, junto con la consabida impunidad viene la paranoia ya que siempre están pensando que alguien «perverso» quiere quitarles lo que es «suyo», cuando que el único problemático es el «poderoso», por andar de ofrecido y no saber qué hacer con todo lo que se le otorgó, pero olvidan que nadie de los de a pie les pedimos que se hicieran cargo. Salud.

Beto

¿Qué implica creer en nosotros?

Habrá preocupaciones, pero no podemos dejar que nos dominen. Foto: BAER Irapuato, Gto.- 1. I r contracorriente. Parece más una leyenda urban...